Еn este trabajo nos ocupamos de varias bibliotecas ginebrinas que albergan originales escritos en español de muy diferente tipo: tanto la Biblioteca de la Universidad, como la Biblioteca de Ginebra propiamente dicha, la de la Fundación Martin Bodmer o la del Conservatoire et Jardin botaniques de la Ville de Genève contienen preciosos manuscritos e impresos, muy poco conocidos, que van desde obras literarias de primera magnitud de la Edad Media o el Siglo de Oro, a frágiles pliegos sueltos de los siglos XVII a XIX, manuscritos de diferente contenido y hasta acuarelas originales de una famosa expedición botánica de finales del XVIII. De todo ello nos proponemos dar una somera cuenta que muestre la riqueza que contienen las diversas bibliotecas de la ciudad y el empeño de los investigadores en sacarlos a la luz.
Bibliotecas de Ginebra, manuscritos, pliegos sueltos, acuarelas botánicas
Spanish Collections in Geneva Libraries: Masterpieces, Ephemeral Literature, Secret Stories, and Marvelous Plants
In this paper, we consider several libraries in Geneva that house Spanish-language originals of very different types. The Bibliothèque de l'Université, the Bibliothèque de Genève, the Martin Bodmer Foundation Library, and the Conservatoire et Jardin botaniques de la Ville de Genève all enclose scarcely known but precious manuscripts and printed material, ranging from first-rate literary works from the Middle and Golden Age to fragile sheets from the 17th through 19th centuries, as well as manuscripts on different subjects and even original aquarelles from a famous botanical expedition at the end of the 18th century. We intend to summarize these works in a brief account, showing the wealth of material contained in the city's various libraries, and to emphasize the work researchers undertake to bring them to light.
Geneva Libraries, manuscripts, chapbooks, botanical aquarelles
Pocas bibliotecas particulares reúnen tal cantidad de libros importantes de la literatura hispánica del Siglo de Oro como la Fundación Bodmer de Ginebra1. No tanto por el volumen como por la calidad de los autores y las obras representadas. Martin Bodmer aspiraba a reunir lo mejor que había producido el ingenio hispánico en una época especialmente fértil como es la que corresponde a los siglos XVI y XVII y consiguió desde luego algunas de las mejores piezas de las obras “fundacionales” tanto en lo que se refiere a la poesía lírica o épica como a la prosa o al teatro.
No figuran demasiadas obras medievales, pero hay algunas extraordinarias, como el Cancionero del conde de Haro, de mediados del siglo XV, que procede de la subasta de fondos de la biblioteca de Lord Holland, al cual se lo donó en Sevilla Gaspar Melchor de Jovellanos el 25 de marzo de 1809, según anotación manuscrita del citado Lord Holland en la hoja de guarda del códice. Dicho manuscrito fue adquirido por el librero H. P. Kraus, que lo llevó a los Estados Unidos y acabó vendiéndolo en 1951 a Martin Bodmer. Es sin duda una de las joyas de la colección, pero también posee otros impresos de obras medievales, como la Gran conquista de Ultramar (1503), la Crónica del Cid (ediciones de 1512 y 1526), el Conde Lucanor (1575), la Cárcel de amor, de Diego de San Pedro (en edición de 1508) o las Coplas de Jorge Manrique, glosadas por Alonso Cervantes (1501).
En lo que se refiere a la poesía lírica, la fundación Bodmer ha escogido un puñado de autores fundamentales, tanto en lo referido al Renacimiento como al Barroco: Garcilaso de la Vega (1543), Hernando de Acuña (1591), Fernando de Herrera (1619), San Juan de la Cruz (1635), don Luis de Góngora (1633) y Lope de Vega, del que luego nos ocupamos especialmente. Incluye también libros recopilatorios como el Romancero general (las dos partes, la revisada de 1604 y la de Madrigal de 1605) y algunos textos de poesía épica, como la Araucana, de Alonso de Ercilla (en ediciones de 1578 y 1592), pero también algunas obras de Lope de Vega.
En la prosa, la fundación Bodmer posee algunos textos importantes, como La perfecta casada, de fray Luis de León (1583), los diálogos de Alfonso de Valdés, Diálogo de Mercurio y Carón (1527) y Diálogo de las cosas ocurridas en Roma, que forman parte de un mismo volumen.
En la novela debió de sentir predilección por las obras primeras del género caballeresco, como el Amadís de Gaula (ediciones de 1519 y 1521), aunque no desdeñó otras como el Primaleón (1534). Igualmente se preocupó de conseguir cuantas ediciones pudo de la novela picaresca, como el Lazarillo de Tormes; la Bodmer posee una de las primeras ediciones (Burgos, 1554), pero también ejemplares que contienen la primera y segunda partes (1587). Igualmente están representados el Guzmán de Alfarache (ed. de 1619) y el Buscón de Quevedo (1627), también obras casi picarescas del mismo autor, como los Sueños (1628).
Por supuesto, Cervantes ocupa un lugar destacado como principal exponente de la cultura española: la Bodmer posee ejemplares del Quijote, primera parte (la segunda edición de 1605) y segunda parte (1615); también de La Galatea (ed. de París, 1611), las Novelas ejemplares (1613), el Viaje del Parnaso (1614) o el Persiles (en edición de 1618). Curiosamente no están las Ocho comedias y ocho entremeses nuevos (1615), que quizá no pudo encontrar.
Interesa mucho la colección de textos dramáticos desde el inicio del teatro español, así por ejemplo la Celestina, representada por un incunable toledano de 1500, pero igualmente otras ediciones posteriores e incluso traducciones al italiano (1506) o al francés (1527). La Bodmer posee también la primera edición de los Autos sacramentales de Calderón (1677) y alguna de sus partes de comedias (la primera, en ed. de 1640); pero desde luego nada comparable a la colección de textos del creador del teatro barroco, el gran Lope de Vega.
Martin Bodmer debió de ser un enamorado de Lope y así lo señala en su libro de 1947 (pp. 86-87), donde habla del autor como el más prolífico de la literatura universal. El coleccionista procuró hacerse con un ejemplar de todas las primeras ediciones de sus obras.
En la poesía lírica hay ejemplares de La hermosura de Angélica (1602), las Rimas (1605), la Filomena (1621), la Circe (1624), los Triunfos divinos (1625), las Rimas de Burguillos (1634) o la póstuma La Vega del Parnaso (1637); en épica-narrativa El Isidro (ed. de 1638). Igualmente posee relaciones poéticas como las Fiestas de Denia (de 1599, pero en edición apócrifa del siglo XVIII), como también lo son las Fiestas de Lerma, supuestamente de 1612, según se lee en su portada, pero en realidad publicadas entre 1744 y 1747.
En prosa consiguió ejemplares de la Arcadia (ediciones de 1598, 1605 y 1617), El peregrino en su patria (1604), Los pastores de Belén (1612), el Triunfo de la fe en los reinos del Japón (1618) o la Relación de fiestas por la canonización de san Isidro (1622).
Y en lo que se refiere al teatro, la Bodmer conserva prácticamente todas sus partes de comedias, desde la primera (1605) a la XXV (1647), incluyendo volúmenes facticios, como los que encuadernan juntas las partes de comedias en ediciones de Amberes (1607 y 1611) o las seis comedias impresas en Bruselas entre 1649 y 1651.
Este fondo, apenas conocido hasta ahora, conserva obras que se creían perdidas desde hace mucho tiempo, como el autógrafo de Lope de Vega de la comedia Barlaán y Josafat, recientemente publicado por Daniele Crivellari según el manuscrito de la Fundación Bodmer (Crivellari 2021).
En cuanto a la proveniencia de estos libros, lo único que podemos señalar es que es variada, pero destaca mucho la gran cantidad que presentan el exlibris del bibliófilo Henry Labouchère, primer barón de Tauton (1798-1869), que poseía un buen conjunto de volúmenes encuadernados por Charles Lewis (1786-1836). Algunos de ellos pertenecían al fondo de Lord Holland, que se creía, en parte al menos, destruido desde la Segunda Guerra Mundial; otros son producto de la compra a libreros en diferentes etapas de la vida del coleccionista.
El conjunto de manuscritos e impresos de la Biblioteca de Ginebra tiene mucho interés y es poco conocido. Su contenido variado puede ser objeto de estudio de un equipo interdisciplinar. Está formado por ochenta y cuatro códices que contienen sobre todo documentación histórica2. Procede de la Casa de los Condes de Altamira, que hacia 1870 vende su archivo y biblioteca. En 1896 llega a Ginebra, por compra a Paul Chapuy, bibliotecario de la familia Altamira y cónsul de Suiza en España. Otras cuatro partes se diseminan por la British Library, Hispanic Society, Fundación Valencia de don Juan y Biblioteca Zabálburu, estas últimas en Madrid3.
El Fondo Favre contiene documentos que abarcan desde 1435 hasta el siglo XIX. Hay un importante conjunto de cartas de personalidades españolas del XVI (secretarios de Felipe II)
y bastantes documentos tienen que ver con el marqués de Astorga, virrey de Valencia (1663-1666) y embajador en Roma, entre otros muchos.
En otro lugar nos hemos ocupado de describir los códices de interés literario, que son minoría con respecto a los otros, pero que no carecen de valor, y que en su mayor parte son absolutamente desconocidos4. Se trata de cuatro códices (LXXVII a LXXX), que reúnen algunos pliegos sueltos poéticos, comedias manuscritas y otro tipo de textos, que no solo corresponden al Siglo de Oro, sino también a la época neoclásica (Checa Beltrán & Madroñal 2018). Algunos de esos textos han comenzado a editarse en tesinas de máster y tesis doctorales, también en forma de libro (Díaz Navarro & Doménech Rico 2022).
Ahora bien, como he indicado, la mayor parte de los documentos tienen interés histórico y, entre ellos, no escasean las cartas de todo tipo, desde las que componen personas que apenas saben escribir, hasta una carta autógrafa de Lope de Vega, ya dada a conocer por Ernest Muret en 1913, cuyo último folio con su firma reproduzco a continuación5.
La biblioteca universitaria de Ginebra (BUNIGE) alberga una colección de pliegos sueltos —casi todos en formato in-4°— que roza los mil ejemplares. Se imprimieron principalmente en el siglo XIX en varios centros de la Península Ibérica, como son Carmona, Madrid, Barcelona, Valencia, Valladolid, Palma de Mallorca. La colección se divide en tres partes, que se corresponden a tres olas de compras hechas por los profesores Carlos Alvar y Abraham Madroñal hace aproximadamente una década: trece cajas de «Pliegos de Carmona»6, una de «Pliegos de Barcelona» y cinco de «Pliegos Varios»7. Dentro de la colección, un conjunto, repartido entre dos partes del fondo, destaca por su homogeneidad: ha sido bautizado «Corpus Moreno» por el nombre del conocido impresor andaluz de la segunda mitad del siglo XIX, José María Moreno8, del cual se conservan en la citada institución cerca de cuatrocientos pliegos: ellos solos suman casi dos mil páginas y contienen más de seiscientos grabados.
Fruto del interés que ha despertado esta pequeña (aunque no despreciable) colección entre los investigadores de la Unidad de Español de la Facultad de Letras de Ginebra es el proyecto de investigación interdisciplinar Desenrollando el cordel (2020-2024)9, financiado por la fundación filantrópica privada Famille Sandoz-Monique de Meuron10. Este proyecto nació con un objetivo doble: por una parte, crear una biblioteca digital que dé a conocer este peculiar fondo hispánico conservado en Suiza y, por otra parte, elaborar una serie de herramientas que permitan a la comunidad académica internacional estudiar estos documentos, partiendo tanto de su materialidad como de sus contenidos. El primero de estos objetivos no es sino una propuesta para contrarrestar los efectos dañinos del método de conservación de los impresos sueltos, reunidos por lotes en unas cajas cuyo contenido no se suele indicar, lo que invisibiliza a la vez los documentos y sus contenidos: esto se debe a que gran parte de los sistemas actuales de catalogación, pensados para los libros, tienden a excluir el inmenso caudal de los «no libros»11. El segundo objetivo de este proyecto que reúne a expertas tanto en estudios literarios como en humanidades digitales busca gestionar, en una interfaz a la vez útil y «utilizable»12, la complejidad de la literatura de cordel, que es al mismo tiempo documento, texto e imagen. El Corpus Moreno constituyó el núcleo de partida del proyecto, a partir del cual se entrenaron los modelos necesarios y se fraguó la primera versión de la página Web, puesta en línea en abril del 2022; los demás impresos están siendo incluidos a la base de datos bajo el marbete agrupador de «Pliegos varios», para su puesta en línea en verano del 2024.
Aunque los pliegos presentan una apariencia muy homogénea —no por nada se definen por su formato editorial—, sus contenidos y formas literarias son muy heterogéneos. Más aún, su complejidad intrínseca los sitúa en la frontera entre oralidad y escritura, letra y música, libro y documento, literatura popular y norma culta. Amén del género romancístico —que es el más representado en los pliegos, tanto que se conocen casi más como romances de ciego que como pliegos de cordel—, encierran una rica variedad de modalidades literarias, fundamentalmente poéticas, varias de ellas vinculadas con el teatro. Los contenidos que se expresan bajo este amplio abanico de géneros son igualmente variados, desde reproducciones teatrales a relaciones de sucesos truculentos o extraordinarios, contenidos religiosos, canciones y calendarios que acompañan el vivir diario, resúmenes de novelas de moda, y un largo etcétera adornado con cantidad de xilografías. Uno de los retos principales del proyecto Desenrollando el cordel (2020-2024) consistió en poner de relieve todos estos aspectos y representar las interacciones de unos con otros en la misma interfaz.
Para explorar y analizar los contenidos tanto textuales como iconográficos de las cerca de cinco mil páginas que conforman la colección ginebrina, se ha optado por utilizar tecnologías XML para producir ediciones digitales enriquecidas, a las que se suma un catálogo de los grabados.
Fruto de este trabajo no solo de catalogación, sino de edición e investigación, es la biblioteca digital Desenrollando el cordel, configurada en tres idiomas —español, francés e inglés—: ofrece la consulta paralela de las transcripciones y de los facsímiles de los pliegos, permite la comparación de documentos y de imágenes a través de varias herramientas de visualización, así como búsquedas que pueden ser temáticas o por palabras.
Bien es sabido que los grabados desempeñan un papel fundamental en la caracterización de los pliegos como tales: están presentes por lo menos en la primera página de la mayoría de los pliegos, y ofrecen una lectura paralela y previa a la del texto, a la vez que permiten identificar a primera vista tipo de texto y contenido (Botrel 2001; 2014). Los grabados, pues, dan una idea del imaginario colectivo de una época y, además, son valiosos testigos del funcionamiento y de la organización de los talleres de impresión (por ejemplo, atestiguan la circulación, entre talleres, de xilografías o de motivos iconográficos). Por ello, en el marco de Desenrollando el cordel (2020-2024), se ha querido darles el lugar que se merecen, con la creación de un catálogo de grabados separado del catálogo general de los textos. Dicho catálogo proporciona información sobre, por ejemplo, los grabados similares o idénticos que aparecen en la colección; igualmente, se han incluido herramientas específicas para compararlos entre sí. Este es un aspecto particularmente innovador del proyecto, ya que un análisis de las bibliotecas digitales dedicadas a impresos de amplia circulación pone de manifiesto que la mayoría los presenta desde el punto de vista de su materialidad, mientras no hay consenso en la forma de describir los contenidos. Se proporcionan metadatos y servicios relacionados con el proceso editorial y los aspectos materiales: impresores, vendedores, precios; tamaño, número de páginas, fecha, etc. Es decir, la atención se centra en los pliegos como documentos, más que en sus textos e ilustraciones. Muy pocas bibliotecas digitales ofrecen un estudio de su contenido textual, y menos aún un estudio de las imágenes que los ilustran (Leblanc 2023).
Además, está en desarrollo un trabajo sobre los topónimos que aparecen en la colección, con la inclusión de nuevos índices y de un mapa interactivo. Los primeros resultados del reconocimiento automático de entidades con nombres (NER) han permitido detectar 2434 menciones de lugar tan solo en el Corpus Moreno, que representan 385 localizaciones diferentes.
Son muchos y prolíficos los ámbitos en los que la literatura popular despierta actualmente un gran interés: el paso de la tradición oral a la escrita, la evolución de los relatos en las distintas lenguas y culturas, los fenómenos de reescritura y refundición literarias o el estudio del mercado editorial como parte de la historia cultural. Desde una perspectiva aplicada a la investigación, la aportación de la biblioteca digital de Desenrollando el cordel (2020-2024) es múltiple: no sólo incluye a Suiza en esa red creciente que conforman hoy la recuperación y estudio de los impresos efímeros y de amplia circulación, sino que también proporciona al investigador una herramienta abierta, ágil e intuitiva, en sintonía con los objetivos de accesibilidad e interoperabilidad.
Las dos colecciones en cuestión son a cuál más curiosa y el “descubrimiento” de cada una de ellas ha sido por pura casualidad, como ocurre siempre cuando el sino decide echar un cable a los ratones de biblioteca.
Los llamados «Volúmenes LXXXIII/1 y LXXXIII/2» de la Salle Senebier (la sala de manuscritos) son dos cajas de archivo de cartulina blanca grisácea con dimensiones ca. 36x25x12 cm que contienen 526 folios sueltos repartidos en sobres disparejos. Pese a que de hecho pertenecen a la Collection Edouard Favre, por los avatares de la fortuna se han quedado hasta ahora inéditos y, lo que es todavía más sorprendente, sin siquiera catalogar. La denominación de «folios fantasma» que me permito darles puede parecer frívola, pero refleja la realidad: la información sobre estos dos volúmenes es tan efímera que su existencia hasta hace una época bastante reciente había sido verdaderamente fantasmal.
El feliz para mí hallazgo se debe a la obsoleta obstinación de trabajar con libros impresos y ficheros en cajones: la referencia a estos documentos se podía encontrar sola y únicamente en la copia del catálogo de Léopold Micheli de la misma sala Senebier (signatura Aa 1473 W) y estaba escrita a mano con lápiz en la página 129 del ejemplar por alguno de los colaboradores de la biblioteca, a los que querría expresar mi más sincera gratitud. Dicha nota refleja el trabajo de Frédéric Gardy, insigne socio y en tres mandatos presidente de la Société d’histoire et d’archéologie de Genève, amigo de Micheli, quien en agosto de 1911 se limitó a repartir en sobres disparejos los documentos que Micheli no había llegado a clasificar, dejando una que otra nota explicativa en cubierta. F. Gardy había puesto mucho empeño, digno de todo encomio, en describir y catalogar los documentos de la colección de Édouard Favre, otro socio y presidente de la SHAG; sin embargo, hay pocos documentos que no requieran precisiones y hasta enmiendas por parte de un filólogo.
El estado de conservación de aproximadamente un noventa por ciento de los 526 folios es muy bueno. Casi todos son manuscritos, más unos cuantos impresos. La gran mayoría son originales, redactados sobre todo en español; los hay relativamente pocos —una treintena— en italiano y menos de una decena en latín. Un número importante es del siglo XVI, cerca de medio centenar del XVII, más un considerable lote de folios de otras épocas, en algunos casos difíciles de datar y hasta de identificar. Los temas son muy variados, una parte importante concierne a la guerra de Flandes, la guerra de Italia y las relaciones con el Imperio Otomano. Hay dos folios que contienen claves para cifrar documentos, en los que a las letras del abecedario, a sílabas y hasta a una larga lista de palabras corresponden números de entre uno y tres dígitos; es de destacar también el uso de una serie de signos diacríticos: diéresis, acentos agudo, grave, circunflejo, circunflejo invertido y unas rayitas por encima y por debajo del número respectivo. Entre los documentos hay uno, de marzo de 1612, que se dedica a establecer el caudal de agua para usufructo de dos partes litigantes y contiene el dibujo de una especie de botijo que echa un chorro representado por la letra B; la leyenda del reparto del chorro son los sectores del círculo representado por la letra A. El folio 317 contiene el gran secreto de cómo convertir el agua del mar en potable.
La edición y el estudio de los documentos de las dos cajas LXXXIII/1 y LXIII/2 de la BGE no solamente rendirán homenaje a la luminosa memoria del gran mecenas Edouard Favre y a la minuciosa labor de relojería suiza de Léopold Micheli, sino que sin duda aportarán datos de interés que servirán para arrojar luz sobre momentos clave de la historia española y europea.
A finales del siglo XVIII, la Corona española promovió varias grandes expediciones botánicas. Dos de ellas (1785-1800), las dirigidas por el devoto linneano Martín de Sessé, tuvieron como objetivo explorar el Virreinato de Nueva España, que incluía México, Guatemala, las Californias, las zonas costeras del Pacífico Norte y las islas del Caribe. Un distinguido miembro de esas expediciones fue el mexicano José Mariano Mociño, posiblemente el más famoso naturalista de origen americano. A principios del siglo XIX, la mayor parte de los miembros de la expedición había fallecido, solo Mociño y Sessé alcanzaron a llevar a España los resultados de la larga epopeya científica. Aun tras la muerte de Sessé en 1808, en plena invasión napoleónica, Mociño siguió trabajando en el Real Jardín Botánico de Madrid, pero la Guerra de la Independencia lo obligó a exiliarse a Montpellier por considerársele un afrancesado. En Francia coincidió con el botánico suizo Auguste Pyramus de Candolle y le confió una colección de casi 1400 dibujos de plantas mesoamericanas y «además otros tantos dibujos de animales, siendo muy considerable el número de géneros y especies nuevas» (Colmeiro 1858: 185). Cuando en 1816 trató De Candolle de retirarse a Ginebra, quiso devolver a Mociño los dibujos y manuscritos que le había confiado, pero este se negó a recogerlos, diciéndole, según el mismo De Candolle dejó anotado: «No, yo estoy demasiado viejo y enfermo; yo soy demasiado desgraciado; llevadlos a Ginebra, yo os los doy, y os confío para el porvenir el cuidado de mi gloria» (Ibid.). En abril de 1817 Mociño decidió volver a España y pidió a De Candolle la devolución, lo antes posible, de la preciosa colección. La petición desencadenó una hermosa historia digna de un cuento de hadas: en solo ocho días se hicieron las copias de unas 800 imágenes. Entre las personas que realizaron esta auténtica proeza científica y artística hubo unos cuantos profesores y alumnos de la École de dessin de Genève, pero la gran mayoría de los dibujantes fueron mujeres ginebrinas de diferentes edades, no profesionales del dibujo, sino simplemente aficionadas al arte. Para conmemorar su dedicación y su exquisito trabajo, De Candolle bautizó la colección con el nombre de Flore des Dames de Genève. Las vicisitudes de la vida por desgracia le dieron la razón a José Mariano Mociño quien, al insistir en que De Candolle se encargara de la custodia de la colección, le expresó su temor de «que iba quizá a perderse en algún rincón obscuro de España»13: después de desaparecer y volver a aparecer en 1981 en Barcelona como propiedad de la famosa familia de grabadores, impresores y libreros Torner, los casi 2.000 dibujos originales fueron malvendidos a 2.000 pesetas cada uno. Así el conjunto íntegro de los originales de las imágenes procedentes de las expediciones botánicas de Sessé y Mociño, que comenzaron en México en 1787 y terminaron en 1803, fue a parar a Pittsburgh (Estados Unidos). Desde entonces, de su divulgación y publicación se ha ocupado el Hunt Institute for Botanical Documentation que publicó una lista anotada de unas 7.500 plantas con sus respectivos binomios latinos y una base de datos en acceso abierto que, lamentablemente, no permite la búsqueda por el nombre común de las plantas. En la biblioteca del Conservatoire et Jardin botaniques de la Ville de Genève se pueden admirar más de 1.000 réplicas y unos 300 originales legados por Mociño. En el Real Jardín Botánico de Madrid se conservan copias originales de toda la colección de Mociño (Blanc 2019). La colección Flore des Dames de Genève atesorada en Ginebra se puede visitar y descargar a través del portal de la Biblioteca virtual de los manuscritos suizos e-codices <https://www.e-codices.unifr.ch/fr>.
La ciencia sigue estando en deuda con la flora de la Nueva España: pese al trabajo riguroso y de calidad, realizado últimamente por parte de equipos de expertos de primera fila, todavía queda un camino largo por recorrer.
La colección Flore des Dames de Genève esconde debajo de su mágica belleza un doble reto textual: el de los índices y los pies de los dibujos. Para la historia de la botánica sería importante comprobar la evolución de los cambios taxonómicos documentados en tachones y borrones hechos por al menos dos manos. Para nosotros, los lingüistas, son de particular interés los pies de las ilustraciones: las dibujantes tenían mucho talento, esmero y creatividad, pero les faltaban conocimientos de latín y práctica de leer letra manuscrita, razón por la que valdría la pena estudiar cómo (mal)interpretaron algunas palabras, inventándose quizás nombres nuevos para las plantas maravillosas cuyas imágenes les habían permitido asomarse al Nuevo Mundo.
Flore du Mexique, ou Collection des Plantes rares ou peu connues observées au Mexique et dans la nouvelle Espagne par Messieurs de Sessé, Moçiño et D. Cervantes dessinées dans le pays par Messieurs Echeverria, Cerda, etc. copiées à Genève par une réunion des amateurs de Peinture et de Botanique, classées et nommées d’après les dessins et les descriptions originales par Mr de Candolle. En línea: https://www.e-codices.unifr.ch/en/search/?iCurrentPage=1&sQueryString=&sSearchField=fullText&sSortField=score&aSelectedFacets[collection_facet][]=Gen%C3%A8ve%2C+Conservatoire+et+Jardin+botaniques+de+la+Ville+de+Gen%C3%A8ve (consulta 28.01.2024).
Blanc, Perrine (2019), “La Flore des Dames de Genève, patrimoine artistique et botanique”, La Garance voyageuse. Revue du monde végétale, 127, 10-13.
Bodmer, Martin (1947), Eine Bibliothek der Weltliteratur. Zürich, Atlantis.
Botrel, Jean-François (2001), “El género de cordel”, en Luis Díaz G. Viana (coord.), Palabras para el pueblo. I. Aproximación general a la literatura de cordel, Madrid, CSIC, 41‑69. En línea: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-gnero-de-cordel-0/html/0133d94a-82b2-11df-acc7-002185ce6064_7.html#I_0 (consulta 15.02.2024).
—, (2014), “Literatura de cordel”, en Miguel Ángel Garrido Gallardo (dir.), Diccionario Español de Términos Literarios Internacionales (DETLI), Madrid, CSIC. En línea: http://www.proyectos.cchs.csic.es/detli/listado_terminos (consulta 15.02.2024).
Carta, Constance (2022), “Pliegos de cordel conservados en Ginebra: una base para investigar la labor del impresor carmonense José María Moreno”, Actas del XX Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas (Jerusalén, 7-12 de julio de 2019), Iberoamericana/Vervuert, 75-81. En línea: https://doi.org/10.31819/9783968693002_024 (consulta 15.02.2024).
Checa Beltrán, José & Madroñal, Abraham (2018), “Manuscritos dieciochescos desconocidos del Fondo Altamira en la Biblioteca de Ginebra”, en Cuadernos de Estudios del siglo XVIII, 28 , 221-252.
Colmeiro, Miguel D. (1858), La botánica y los botánicos de la Península Hispano-Lusitana. Estudios bibliográficos y biográficos, Rivadaneyra Impresores de la Casa Real. En línea: La botánica y los botánicos de la Península HispanoLusitana Estudios bibliográficos y biográficos : Miguel Colmeiro : Free Download, Borrow, and Streaming : Internet Archive (consulta 22.02.2024).
Crivellari, Daniele (2016), “Un fondo semidesconocido de obras (¿y una cuarteta autógrafa?) de Lope: la Bibliotheca Bodmeriana “, en Anuario Lope de Vega: Texto, literatura, cultura, 22, 355-386.
Díaz Navarro, Epicteto & Doménech Rico, Fernando (2022), Dos comedias inéditas del siglo XVIII. Madrid, Ediciones del Orto.
Leblanc, Élina (2023), “Modeling of a Heterogeneous Corpus: The Example of Chapbook Literature”, Digital Studies / Le Champ numérique, 13 (1). En línea: https://doi.org/10.16995/dscn.8091 (consulta 15.02.2024).
Madroñal, Abraham (2016), Poesías desconocidas del Siglo de Oro recuperada de la Biblioteca de Ginebra. Lausanne, Sociedad Suiza de Estudios Hispánicos.
Micheli, Léopold (s.a.), Notes autographes sur la Collection Edouard Favre (Archives Altamira), Genève, Bibliothèque de Genève (BGE), Cote: Ms.var 1/1.
Micheli, Léopold (1909-1912), “Inventaire de la Collection Edouard Favre”, Bulletin Hispanique 11 (3), 295-322; 12 (1), 49-70; 12 (2), 140-162; 12 (3), 317-326; 13 (1), 61-74; 13 (2), 195-204; 13 (3), 337-347; 14 (1), 77-95. En línea : Bulletin hispanique - Persée (persee.fr) (consulta 22.02.2024).
Micheli, Léopold (1914), Inventaire de la Collection Edouard Favre (Archives de la maison d’Altamira). Paris, Fontemoing & Cie. et Alphonse Picard & Fils. En línea : Wayback Machine (archive.org) (consulta 22.02.2024).
Muret, Ernest (1913), “Une lettre inédite de Lope de Vega”, en Mélanges offerts à M. Emile Picot, Paris, Librairie Damascène Morgand, 365-370. En línea : Mélanges offerts à M. Émile Picot, membre de l'Institut, par ses amis et ses élèves. Tome 2 | Gallica (bnf.fr) (consulta 22.02.2024).
Petit, Nicolas (1997), L’Éphémère, l’occasionnel et le non-livre à la bibliothèque Sainte-Geneviève (XVe-XVIIIe siècles), Paris, Klincksieck.