Actitudes, percepciones y acomodaciones lingüísticas de hispanohablantes en Suiza: un estudio piloto

Stefania Larocca*

Universidad de Zurich

Ilaria Parisi

Universidad de Zurich

Julia Pospisil

Universidad de Zurich

Carlota de Benito Moreno

Universidad de Zurich

ORCID: 0000-0001-9112-5471

Este trabajo ha sido escrito a varias manos, en el marco de un seminario de grado de la Universidad de Zúrich. La parte fundamental del análisis ha sido realizada por Stefania Larocca, Ilaria Parisi y Julia Pospisil, que han sido asistidas y guiadas por Carlota de Benito Moreno, responsable del diseño del estudio. Debemos también un agradecimiento a Maxine Hofstetter y Mary Paz Muñoz, por su participación fundamental como entrevistadoras y ayudantes en la conducción de las entrevistas y la organización del estudio piloto.

Resumen

En este artículo se da cuenta de los resultados de un estudio piloto sobre actitudes, percepciones y acomodación lingüísticas y culturales en seis inmigrantes hispanohablantes (de tres áreas diferentes: España, Ecuador y el Río de la Plata) residentes en Suiza. Los hablantes fueron entrevistados de forma individual y también conversaron en parejas. A partir de este material realizamos un estudio cualitativo para examinar las actitudes que despliegan frente a otras lenguas y su propia variedad, así como las percepciones propias y ajenas respecto de una potencial acomodación lingüística y cultural, que se comparan posteriormente con los casos de acomodación lingüística efectivamente producidos durante el estudio.

Palabras clave

acomodación lingüística, migración, actitudes lingüísticas, español en Suiza

Linguistic Attitudes, Perceptions and Accommodations of Spanish-Speakers in Switzerland: A Pilot Study

Abstract

This article reports the results of a pilot study on linguistic and cultural attitudes, perceptions and accommodation among six Spanish-speaking immigrants (from three different areas: Spain, Ecuador and Rio de la Plata) living in Switzerland. The speakers were interviewed individually and also conversed in pairs. Using this material, we have conducted a qualitative study to examine their attitudes towards other languages and their own variety, as well as their own and others' perceptions of potential linguistic and cultural accommodation, which are then compared with the instances of linguistic accommodation that actually occurred during the study.

Keywords

linguistic accommodation, migration, linguistic attitudes, Spanish in Switzerland

Introducción

El objetivo de este trabajo es ofrecer algunas observaciones sobre las actitudes y percepciones lingüísticas y culturales de los participantes en un estudio piloto realizado en la Universidad de Zúrich en 2019, que buscaba entender mejor las opiniones y el comportamiento de los inmigrantes hispanohablantes en Suiza respecto de su situación sociolingüística. Los efectos de la migración son, desde hace ya algunas décadas, objeto de estudio de numerosos trabajos sociolingüísticos, dentro de la perspectiva de la teoría de la acomodación comunicativa (propuesta originalmente por Giles, Taylor y Bourhis 1973). Aquí el foco se pone en los cambios que se dan en el habla de los migrantes al entrar en contacto con hablantes de otras lenguas (por ejemplo, los hispanohablantes en Milán estudiados por Bonomi 2010) o, más comúnmente, de otras variedades de la misma lengua (para el español, pueden consultarse Klee y Caravedo 2006, Palacios 2007, Pesqueira 2008, Molina Martos 2010, MacLoad 2012, Fernández 2013, Mick y Palacios 2013, Romera y Elordieta 2013, van Essen 2021, entre otros). En la literatura, se han observado varios factores relevantes a la hora de entender los cambios que se producen (o no) en el habla de los migrantes. Dentro de los factores que podemos denominar internos, algunos de los que se han mostrado más relevantes son la relevancia perceptual —o saliencia— de los rasgos lingüísticos concretos (véase MacLoad 2012 para una reflexión más detallada) y la necesidad de una mayor inteligibilidad. Entre los factores externos más explicativos se hallan el tiempo de residencia en el nuevo destino y, muy especialmente, las actitudes lingüísticas de los hablantes. La amplia variabilidad interindividual de las actitudes se ve reflejada en el alto grado de variación entre los distintos migrantes que documentan muchos de estos estudios.

En este trabajo queremos detenernos precisamente en dichas actitudes, así como en las propias percepciones (sobre rasgos concretos y sobre el comportamiento propio) de una pequeña muestra de migrantes hispanohablantes en Zúrich. En el apartado siguiente explicamos la metodología del estudio. En las secciones 3 a 6 ofrecemos el núcleo del trabajo, analizando las actitudes y percepciones expresadas por nuestros hablantes, así como algunos ejemplos efectivos de acomodación producidos por estos. Por último, ofrecemos unas breves conclusiones y algunas posibles direcciones futuras en el apartado 7.

Metodología

El estudio piloto que reportamos aquí tenía un objetivo doble: en primer lugar, explorar cómo de exportables son los diseños metodológicos empleados para observar la acomodación a corto plazo, típicamente dirigidos a observar cambios fonéticos, al estudio de la variación morfosintáctica. En segundo lugar, indagar en las actitudes y percepciones sociolingüísticas de los inmigrantes hispanohablantes en Zúrich. Para ello, se seleccionaron seis hispanohablantes residentes en Zúrich, llegados al país menos de tres años antes: tres mujeres y tres hombres.

Estos hispanohablantes debían proceder de tres zonas lingüísticas seleccionadas por presentar características diferentes en tres ámbitos morfosintácticos, a saber, el paradigma pronominal átono, la morfología de segunda persona (singular y plural) y los tiempos de pasado. Las zonas elegidas fueron el Río de la Plata (con un sistema pronominal átono etimológico; voseante en la 2sg; sin vosotros ni su paradigma en la 2pl, y con un uso del pretérito perfecto compuesto bastante restringido); Ecuador (concretamente de Guayaquil, con un sistema pronominal átono fundamentalmente leísta —para masculino y femenino—; con alternancia entre voseo y tuteo en la 2sg; sin vosotros ni su paradigma en la 2pl, y con un uso del pretérito perfecto compuesto que obedece, además de a significados temporales, a significados evidenciales), y España (específicamente Valladolid, donde el sistema pronominal átono es referencial; no existe el voseo; se usa vosotros y su paradigma, y el uso del pretérito perfecto compuesto responde al de un anterior clásico). El objetivo inicial, de tener un hablante de cada zona y género, sin embargo, no pudo cumplirse, pues resultó especialmente difícil encontrar inmigrantes ecuatorianos que cumplieran los requisitos. Por ello, el reparto de hablantes es el siguiente: una mujer uruguaya (Montevideo), una ecuatoriana (Guayaquil) y una española (Valladolid), un hombre uruguayo (Montevideo), uno argentino (Córdoba) y uno español (Valladolid). Todos los hablantes tienen educación superior universitaria.

El método explorado se inspira en las llamadas tareas imitativas (shadowing tasks), donde se recoge el habla de los hablantes antes, durante y después de haber sido sometidos a un estímulo procedente de una variedad lingüística que no es la propia. Sin embargo, en estas tareas imitativas el estímulo es típicamente una grabación y, por tanto, una situación poco natural (y que seguramente sea más apta para el estudio de la fonética). Por lo tanto, alteramos el método para incluir diálogos entre hablantes, método que suele emplearse también en los estudios sobre acomodación a corto plazo (una panorámica más detallada de estos métodos se encuentra en Ruch y De Benito Moreno 2023). De este modo, el estímulo al que estaban sometidos los hablantes era el habla de otro de los hablantes (y viceversa). Para no alargar excesivamente las tareas que tenían que realizar nuestros informantes, establecimos dos grupos en los que se realizaban los cruces entre hablantes, dividiéndolos por género.

Así, a cada hablante se le realizó en primer lugar una entrevista individual, en solitario (entrevista 1). Generalmente a continuación (según la disponibilidad de los informantes), se grabó una conversación entre dos hablantes (siempre del mismo género) e, inmediatamente después, se les realizó otra entrevista individual y por separado a cada uno (entrevista 2). Un día distinto se reunía una pareja diferente (igualmente del mismo género) y se repetía el procedimiento: grabación de una conversación conjunta y, seguidamente, de una entrevista individual a cada uno (entrevista 3).

Por lo tanto, de cada hablante tenemos dos conversaciones (con interlocutores distintos) y tres entrevistas: una realizada antes de cualquier conversación con los demás miembros de su grupo (entrevista 1) y otras dos realizadas inmediatamente después de haber sido expuestos al habla y las opiniones de otro hablante (entrevista 2 y 3).

Para minimizar la exposición al habla de las entrevistadoras (una española, una chilena y otra suiza con un dominio prácticamente nativo de la variedad mexicana), los temas tanto de las entrevistas como de las conversaciones se presentaban en una pantalla (utilizando el programa SpeechRecorder). Sin embargo, esta forma tan impersonal de presentar los temas no siempre conseguía que los hablantes se explayaran en sus comentarios, por lo que —en las entrevistas— fue frecuentemente necesario que las entrevistadoras hicieran preguntas adicionales. Puesto que las variedades de las entrevistadoras no coincidían con las de los informantes, se decidió mantener ese factor constante, evitando que la entrevistadora española interrogara a los informantes españoles, lo que solo no pudo cumplirse en la entrevista 2 del hablante vallisoletano. La mayoría de las grabaciones se realizaron en la cabina de grabación del laboratorio de fonética de la Universidad de Zúrich. Sin embargo, debido a que dicho laboratorio solo disponía de una cabina a la fecha de realización del estudio, una de cada dos entrevistas 2 y 3 se realizaron en el laboratorio, pero no en la cabina, pues se decidió primar la necesidad de que estas se condujeran inmediatamente después de las conversaciones, en vez de mantener a uno de los informantes esperando mientras otro ocupaba la cabina. La duración media de las conversaciones es de 24 minutos, mientras que la de las entrevistas es de 14, 10 y 13 minutos respectivamente (lo que supone un total de 37 minutos de media de habla individual).

Las entrevistas tienen temas distintos, orientados a conocer mejor a los informantes, las circunstancias de su llegada a Suiza, sus actitudes y percepciones acerca del país, del propio proceso migratorio y sus contactos con hablantes de otras lenguas y otras variedades del español. Así, en la primera se indaga sobre la llegada a Suiza y las diferencias que observan frente al lugar de origen; en la segunda se pregunta sobre la relación sentimental con el país de origen y los planes de futuro; la tercera está centrada en averiguar la percepción sobre los cambios identitarios y lingüísticos producidos desde la migración, así como los contactos con otros hablantes. También se preguntó por anécdotas, con el objetivo de recoger pasajes narrativos. En la conversación se propusieron distintos temas, a partir de la comparación entre el país de origen y Suiza: los temas se repetían en las dos conversaciones. Las preguntas y los temas, que se presentaban de forma individual y secuenciada en una pantalla, se recogen en el Apéndice.

A continuación, presentamos algunas observaciones cualitativas sobre las actitudes lingüísticas, las autopercepciones de acomodación y los choques culturales reportados por los informantes, así como algunos casos de acomodación detectados.

Actitudes lingüísticas manifestadas

Resulta productivo partir de la definición de actitud lingüística propuesta por Moreno Fernández, quien la explica como una «manifestación de la actitud social de los individuos, centrada y referida específicamente tanto a la lengua como al uso que de ella se hace en sociedad» (Moreno Fernández 2009: 130). Se resalta el carácter sociocultural de las actitudes, ya que estas no responden meramente a hechos lingüísticos, sino que también pueden responder a factores políticos, históricos y económicos. Se pueden investigar las distintas valoraciones que los hablantes, en tanto individuos, realizan de una lengua, en tanto repertorio social de signos compartidos. No obstante: ¿dónde debería trazarse la línea íentre el individuo y la sociedad? En este sentido, son útiles las palabras de Eugenio Coseriu, recogidas por Kabatek y Murgía (2021):

Ya ha habido en cierta forma alusiones al tema de la alteridad. Con este término —que, por cierto, adopté de Pagliaro— trato de rechazar la postura según la cual el individuo y la sociedad se consideran dos entidades diferentes, y que, por lo tanto, contempla una lengua como algo exterior al individuo. Quiero decir con esto que lo comunitario no es algo que esté situado fuera del individuo sino una dimensión del individuo. Si no se entiende esto, tampoco puede entenderse que el lenguaje es, como suele decirse, precisamente por esto algo social o comunitario; pues es comunitario en cada individuo a través de esta dimensión (Kabatek / Murgía 2021: 305).

Así, las actitudes lingüísticas (en sus diversas manifestaciones, ya sean cognitivas, afectivas o conativas) trascienden la mera valoración del lenguaje y pueden afectar el comportamiento de los hablantes. Un ejemplo puede bastar: la expresidenta socialista de Murcia presenta un uso exacerbado de formas dialectales incluso en contextos de alta formalidad, con el objetivo de diseñar «her speech to project an image that highlights her Murcian identity, localness, and her socialist ideals» (Hernández-Campoy y Cutillas-Espinosa 2010: 308)

En este trabajo, queremos centrarnos en el papel de las actitudes lingüísticas en la acomodación lingüística en un contexto de migración, aunque algo distinto al contexto que se considera óptimo para dicha acomodación:

Retomando a Trudgill (1986), se parte de la hipótesis de que el cambio lingüístico en situaciones de contacto dialectal, [sic] se propaga de un individuo a otro en interacciones cara a cara. A través de la hipótesis de la acomodación lingüística, Trudgill explica por qué la gente modifica su habla al desplazarse a otro lugar. La acomodación es mucho más notoria cuando un individuo cambia su lugar de residencia de un país a otro donde se habla la misma lengua […]. (Pesqueira 2008: 171, la negrita es nuestra)

Como ya se ha dicho, esta investigación se llevó a cabo en Suiza, donde el español no figura como lengua oficial. Aun así, por tratarse de un entorno de superdiversidad1, donde confluyen distintos orígenes migratorios, se posibilita el contacto entre las variedades del español. En Suiza casi el 40% de los habitantes habla un idioma diferente del alemán. En concreto, el 0,5% habla el retorromano, el 8,0% habla el italiano, el 22,8% habla el francés y el restante 23,1% habla otras lenguas2. Cabe resaltar que este contacto se produce dentro de la inmediatez comunicativa, es decir, en la oralidad y en un entorno cercano y privado. Con lo cual, no hay un fin instrumental del lenguaje, como sí puede ocurrir con un hispanohablante que migra a un país de habla hispana y, por ende, tenga una motivación específica para acomodarse lingüísticamente. Así, podríamos decir que la situación del español en Suiza, debido a su estatus no oficial, evita que se genere una dinámica diglósica de las variedades.

Veremos a continuación cómo la dimensión social de la lengua forma parte de la integración de los individuos entrevistados en la comunidad, que suele operar, en una primera instancia, en un entorno de afinidad lingüística. En todos los casos hay un reconocimiento de que la lengua se interpone a la hora de integrarse en la sociedad suiza y manifiestan la dificultad para aprender el alemán. Por este motivo, la mayor parte de las amistades comenzaron siendo hispanohablantes (no hay que olvidar que cinco de los seis están en pareja con un hispanohablante).

Por ejemplo, en la conversación entre el hombre español y el uruguayo, se llega al acuerdo de que las personas con las que más contacto tienen son las hispanohablantes, lo que tiene que ver con una sensación de seguridad. Como dicen, el hecho de que hablen la misma lengua les facilita empezar una conversación trivial, porque ya tienen algo en común. También la mujer uruguaya informa que su primera amiga fue una colombiana y hasta ahora la mayoría de sus amigos son españoles o latinoamericanos. En cambio, el hombre argentino migró a Suiza con la intención de no juntarse con hispanohablantes para verse obligado a comunicarse en alemán y aprender la lengua, aunque declara que fue más difícil de lo pensado. Aun así, admite que «la amistad pasa por un tema del idioma», lo que nos lleva a reflexionar sobre la importancia del lenguaje en una nueva comunidad para socializar e integrarse, que es consecuencia de su dimensión social.

En lo que sigue, ofrecemos algunas observaciones cualitativas de las afirmaciones de los entrevistados respecto de su relación con a otras lenguas (apartado 3.1), su propia variedad (3.2) y las opiniones de otros sobre su propia lengua o variedad (3.3).

3.1 Actitud frente a otras lenguas

Hemos visto que parte de la integración social de los migrantes pasa por la lengua. Tanto es así, que adaptarse a un entorno de superdiversidad lingüística como el de Suiza es claramente un reto. De hecho, la complejidad de la lengua alemana se combina con el dialecto suizo-alemán, que predomina en el país. Como se desprende de las entrevistas, la actitud positiva inicial hacia el aprendizaje del idioma —«yo creo que tiene que ver con una cuestión de interés, porque m-/ realmente me interesa mucho el aprender el idioma. […]»— suele ir acompañada de algunas dificultades relacionadas con la incomprensión del dialecto o la gramática del alemán:

El problema es que puedes aprender un alemán-suizo pero como todos los dialectos son diferentes de cada región de aquí, pues te sirve para una región pero no para la, la adyacente entonces tampo-/ también lo veo un poco más inútil en ese aspecto, pero bueno… Sí, yo empecé con muchas ganas de aprender, y apre-, aprendí un poco. Después veía la dificultad de comunicarme claro en suizo-alemán y como no tengo, no estoy mucho en la ciudad o interactuando con gente o por, por el hecho que mucha gente habla inglés, eh, no he tenido oportunidad de practicar y un poco por timidez también, porque creo que si, si querés podés practicar, si le decís a la gente que te hable en alto alemán… (Hombre uruguayo, en conversación con hombre español)3

La gramática… es diferente también que la del alemán suizo que la del alemán y bastante más diferente con respecto al español por supuesto, la pronunciación también es, es también diferente porque tiene sonidos diferentes también, la escritura también es diferente porque inclu-/ vamos, siempre se dice que los alemanes que vienen aquí dicen que el alemán suizo no tiene gramática ni tiene reglas pero sí que las tiene, vamos sí que también las tiene escritas, lo que se quejan, lo que se quejan siempre los suizos, que son bastante más complicadas y el problema es que también aquí cada región tiene las suyas, porque tiene… son muy diferentes entre casi entre un pueblo y el de al lado, pues suenan diferente con sus diferentes reglas, o sea que es prácticamente imposible… » (Hombre español, en conversación con hombre argentino)

Además, practicar el alemán se vuelve difícil, ya que puede ocurrir que la gente hable en inglés en lugar de en alemán a los no nativos:

Bueno… eh… no ha sido fácil adaptarme mucho al lenguaje […] también ahora que estoy aprendiendo alemán no logro de hablar y practicar el alemán porque la gente en seguida me cambia a inglés. Parece que se le hace más sencillo hablar inglés que alemán que es tan cerca de su dialecto. Entonces no me parece que sea el lugar ideal para aprender uno de los idiomas oficiales del país. (Mujer uruguaya, en conversación con mujer ecuatoriana)

Incluso los estudiantes universitarios encuentran muchas dificultades para aprender alemán, puesto que la comunicación se realiza en inglés:

Hice unos cursos también aquí en el ETH, en el ETH, pero, eh…, ah…, últimamente lo tengo un poco más aparcado, estoy bastante más liado con el doctorado, pero sí vuelvo supongo que el semestre que viene, pero… Es que el problema es que, creo que cuando no, no utilizas el lenguaje en tu día, en tu, en tu día a día en el trabajo, nosotros habitualmente hablamos en inglés, pues eh… es difícil luego mantenerle, mantener el nivel… Incluso eh, eh… cuando vas en el tranvía, cuando vas por la calle tampoco escuchas alemán, escuchas alemán suizo, entonces es más complicado aprenderlo. (Hombre español, en conversación con hombre argentino)

En general casi todos los entrevistados están diariamente mejorando su nivel de inglés durante el horario laboral o escolar, mientras que en casa hablan con sus parejas en español y los amigos que tienen mayoritariamente también son hispanohablantes. Así, el alemán sigue siendo una lengua relegada a un uso muy marginal y, por tanto, muy difícil de aprender.

3.2 Actitud frente a la variedad propia

De forma general, se puede afirmar que todos los hablantes son conscientes de las particularidades de su variedad, como lo atestigua el hablante argentino: «yo creo que el acento argentino es muy particular [… ] el voseo argentino es muy particular» (Hombre argentino en entrevista), o la mujer uruguaya: «nuestra forma de hablar es distinta porque bueno el ace-/ para empezar el acento siempre es diferente, y sí te-/ usamos palabras diferentes también» (Mujer uruguaya en entrevista). El reconocimiento de las múltiples variedades presentes bajo la etiqueta «español» también va aparejado al orgullo de quienes hablan una variedad más cercana a la escritura, como testimonia el hispanohablante vallisoletano: «se dice que Valladolid es una de las ciudades donde mejor se habla el castellano, junto con Palencia y con Salamanca, las regiones de Castilla, porque es como el castellano muy puro que tenemos eh pronunciamos todas las letras, pronunciamos todas las sílabas» (Hombre español en entrevista). Además, en Sudamérica, la conciencia de la propia variedad surge no solo del contacto con los demás, sino también de una forma de lenguaje común, definida como «neutra» por un informante, utilizada en algunos programas de televisión:

No sé, hablo como en un español neutro, como… no viste… p-, por ejemplo cuando traducen Los Simpsons para Sudamérica, que lo traducen… Es lo único que miramos traducido, no sé por qué, es como histórico, en vez de-/ no usan español de España, sino que usan-/ ni un español de Uruguay ni ninguna parte de Sudamérica, sino que usan un español neutro que no existe, hablan con un… , pero… con un acento que no existe en ningún lado, entonces tiendo como a irme a ese acento a veces porque, a veces me costaba, incluso con españoles en un momento, por hablar demasiado rápido o demasiado para adentro, como de murmurar mucho, que me costaba ha-, hacerme entender, entonces creo que tendí como a modificar, a sacar el vos por el y a vosotros nunca lo diría, porque me suena muy extraño para nosotros nunca lo usamos, o sea que ahí, ahí como que tengo un punto medio ahí de… nunca uso expresiones muy nuestras. (Hombre uruguayo en entrevista)

3.3 Otros sobre su variedad

El contacto prolongado entre hispanohablantes de diferentes variedades puede afectar al individuo, cambiando su variedad. A menudo, estos cambios pueden no ser percibidos directamente por la persona afectada, sino por otros hablantes de la misma variedad, por ejemplo, cuando el hablante emigrante regresa a su país de origen. La ecuatoriana, al respecto, afirma que:

Cada vez que voy a Ecuador me dicen «de dónde eres», o cuando estoy caminando y voy a cualquier otro país y me preguntan de dónde soy, digo que soy ecuatoriana, nadie me cree. Entonces yo creo que es un híbrido de…, de todo el, de todos los lugares en que he vivido con toda la gente con la que he estado, ya no hablo de lo que tengo entendido en Ecuador, yo ya no hablo como, como guayaquileña. (Mujer ecuatoriana en entrevista)

La mujer uruguaya, asimismo, afirma que siempre que regresa a su tierra natal, sus allegados le dicen que su acento «cambió un montón», sobre todo a nivel lexical:

Bueno puedo haber cambiado algunas, eh…, no sé qué, por ejemplo pequeño, ahora sé que, que digo, eso lo sé porque me lo han dicho en Uruguay: ¡Ay, cómo decís pequeño! y es, nosotros decimos chiquito o chico, no pequeño, esos de las que m-/ no sé, que puedo recordar eso, bueno recordar, por ejemplo, no decímos recordar, es acordarte, te acordás, o no sé, te acuerdas, pero recordar nunca lo decimos, también. (Mujer uruguaya en entrevista)

Percepciones de acomodación

Como hemos visto hasta ahora, los hablantes reconocen el español como una lengua que presenta variación, sobre todo, a nivel diatópico. Así lo vemos en la siguiente afirmación del hablante de Valladolid, que es consciente de la existencia de la variación, aunque no conoce exactamente en qué consisten las diferencias: «Hum… , creo que había, por ejemplo, una diferencia de significados con la palabra parar. En español es como ‘stop’, es como detener algo, y en Latinoamérica parar significa otra cosa, por ejemplo para un taxi creo que significa otra cosa» (Hombre español en entrevista). Así, aunque en términos generales se admite que no hay una gran dificultad de entendimiento mutuo, aparece en todos los entrevistados la idea de una variedad hacia la cual algunos hablantes orientan la acomodación lingüística.

Como vimos en la sección 3.2, el vallisoletano cataloga el español de España —frente a una supuesta variedad latinoamericana— como “español puro”. Resulta interesante el contraste con los hablantes rioplatenses, quienes consideran que su variedad es muy particular y emplean el concepto de español neutro para referirse a una variedad asociada a un español libre de particularidades diatópicas (Ávila 2011, Gómez Font 2013). Dice el argentino: «me da esa sensación de por ahí no me entienden y entonces trato de neutralizar un poco más el español, pero no sé hasta qué punto es una sensación mía o es algo real» (Entrevista). De igual manera, la mujer uruguaya menciona en la conversación: «creo que he hablado como hablo yo normalmente, a lo mejor un poco más neutro» (Entrevista). En el mismo sentido se manifiesta la mujer ecuatoriana:

También cambio la forma de hablar para que los otros me entiendan, yo est-/ en Estados de Unidos y mis amigos son internacionales, no había ningún otro ecuatoriano, entonces yo puedo hablar súper neutro, con españoles, […] nosotros usamos yo cojo el metro, yo cojo el bus, mientras que me ha tocado amigos argentinos, que coger es otra cosa… entonces ahora yo tomo el bus, ya no cojo el bus, ahora lo tomo.» […] «Pero yo estoy segura que sí, que sí me adapto, dependiendo con quien estoy eh… sin pensarlo me adapto y sé que cambio algunas palabras, seguro» […] «No, el/ se me cambia el chip inmediatamente […]» (Mujer ecuatoriana en entrevista).

Esta hablante explica, por tanto, que cambia su variedad del español dependiendo de quién sea su interlocutor, para eliminar los rasgos que cree que pueden dificultar la comprensión. Vemos entonces que hay, en primer lugar, un reconocimiento de la variedad ajena por parte de la informante ecuatoriana y, en segundo lugar, un intento de acomodación que solo es posible por su agencialidad. Con respecto a la agencialidad, desde los estudios culturales se la aborda de la siguiente manera:

En términos modernos clásicos, el tema de la agencia plantea cuestiones sobre la libertad de la voluntad o la responsabilidad de las personas por sus actos resueltos. Pero en términos culturales más amplios, las cuestiones de la agencia implican las posibilidades de la acción como intervenciones en los procesos por los cuales se transforma continuamente la realidad y se ejerce el poder (Hall y du Gay 2003: 168, la negrita es nuestra).

Si bien esta definición es muy amplia, lo que nos interesa en el campo de la lingüística es la idea de la intencionalidad de la agentividad, la cual es acción y tiene una naturaleza de cambio. Así, el agente se encuentra en una posición de actividad, que a la vez es una marca de la identidad social (nuevamente, lo social en el individuo). Para ilustrar con un ejemplo, el entrevistado argentino menciona que decide intencionalmente mantener su sistema de tratamiento rioplatense, ya que este tiene para él un valor identitario. En este caso, la no acomodación lingüística no se debe a un desconocimiento de las variedades, sino todo lo contrario: opta por mantener su voseo porque este tiene un valor que va más allá de lo puramente lingüístico. Asimismo, el hablante vallisoletano, que considera su variedad como la más correcta y pura, afirma que la acomodación lingüística sería casi imposible para él, salvo tras un contacto muy prolongado con hablantes de otras variedades: «En cuanto a mi for-/ a mi acento/ en cuanto a mi idioma español no he cambiado ni un ápice de, de, de mi acento» (Hombre español en entrevista). «Y en camb-/ en cuanto, en cuanto a cambiar mi forma para adaptarme, no sé, ahí me, me costaría bastante, pues supongo que si estuviera muy/ si estoy muy/ mucho en contacto con gente latinoamericana o gente andaluza o con gente, eh, gallega pues al, al, al final sí que me cambiaría un poco el acento, pero hasta el momento no, no ha sucedido» (Hombre español en entrevista).

Choques culturales

Como hemos venido viendo a lo largo del trabajo, la cuestión identitaria de la lengua parece desempeñar un papel importante en el desenvolvimiento migrante. Así, los entrevistados distinguen su cultura hispánica de la germánica, la cual caracterizan, en términos generales, como responsable, ordenada, puntual, segura y hasta silenciosa. Dice la mujer ecuatoriana que lo que le chocó fue que en el transporte público «la gente va completamente callada, cada uno va por su lado, no hay ningún tipo de interacción entre las personas […]». El cumplimiento de las reglas también impactó a varios entrevistados: «si reciben una multa en vez de decir esta multa es injusta, dicen, bueno, esta es la regla, yo la rompí» (Hombre uruguayo en entrevista).

Además de estos aspectos positivos de la cultura suiza, la mayoría de los entrevistados se refiere a la mentalidad germánica como «distante».

Eh…, pues posiblemente… eh la mentalidad, la mentalidad de la gente, que es una ment-, es una mentalidad diferente, vamos, yo le llamo que es una mentalidad más germánica. Diferente a lo que más los países tipo España o Italia que son unos países que son gente pues más, un poco más fría. Más ordenada, un poco más, ah, seca a veces también. (Hombre español en entrevista)

Podríamos pensar, por un lado, en una distancia que pasa por lo físico, como en el caso del saludo entre un amigo latino de la mujer uruguaya y una mujer suiza:

Y, cuando nos vamos, él en vez de claro darle la mano f-/ se acercó como para darle un beso en la mejilla. Y ella se lo tomó muy mal porque pensó: pero qué, qué desubicado, ¡qué estás haciendo!, ¡no, eso no! Y él dijo: ¡no, no! Mil disculpas es que es una diferencia cultural, realmente no, no lo hice para ofenderte ni, ni porque quería nos-/ aprovecharme de ti o nada por el estilo simplemente que no me di cuenta y… Hoy en día nos reímos de eso pero en ese momento fue, bastante, no sé, como incómodo para todos (Mujer uruguaya en entrevista)

Este ejemplo resulta interesante porque inmediatamente después de la anécdota del choque cultural, la entrevistada hace referencia a la sensación de comunidad que se crea a partir de la lengua: «Eh, sí, sobre todo creo que no sé, me pasa si somos hispanohablantes. Como que hay una cercanía no sé si es por el idioma, por la cultura» . Muchos afirman que los suizos no suelen ser muy comunicativos sin antes conocer a la otra persona un poco mejor.

En algunas reuniones con argentinos que hemos tenido, eh…, hay algunos que están en pareja con suizos, eh…, y nos damos cuenta como que esperan a conocerte un poco más, o a charlar un poquito más, para decirte, ah, mirá, vos estás buscando trabajo de esto, yo tengo contacto acá, yo tengo contactos allá, podés/ como que si no te conocen un poquito, no ven un poco cómo sos, o cómo te comportás, ellos no te ofrecen su ayuda. Es como que siempre esta esa pruebita chiquita de ver quién es la persona con la que estoy tratando (Hombre argentino en entrevista).

Y es que hay justamente una distancia más bien simbólica entre las culturas, en la que la lengua juega un papel preponderante. En ese sentido, es interesante que el entrevistado español busque una explicación de las diferencias culturales en la lengua alemana:

Entonces la característica típica es que hasta que no acabas la frase en alemán no sabes la/ el/ realmente el significado de la frase, ¿no? porque estos verbos también a veces, que por eso también entre ellos nunca, nunca, nunca se pueden interrumpir ¿no? porque no sabes lo que va a decir el otro, es como en español o en… que la gente pues eso, se interrumpe más porque ya sabe antes de que acabe la frase lo que va a decir. (Hombre español, en conversación con hombre argentino)

También afirma haber cambiado a partir del contacto cultural, mostrando un contraste entre su falta de acomodación lingüística y cierta acomodación en otros comportamientos:

Porque digamos que aquí la gente como es un poco más fría y le gusta más pensar las cosas antes de decirlas, costumbre eso sí que se me ha pegado un poco de, de no ser tan espontáneo como era antes, digamos, pues a lo mejor en España (Hombre español en entrevista).

Vemos entonces que los participantes perciben una estrecha relación entre lengua y cultura, y el papel que desenvuelven en el proceso de adaptación migrante.

La mayor evidencia que tengo de lo, de lo importante que es para adaptarte, por ejemplo mi esposa cuando llegó, odiaba a todo el mundo, estaba todo el tiempo enojada por cómo la trataban mal o lo que fuera, y cuando empezó aprender alemán, ella siempre dice como que su objetivo era como quiero aprender alemán para poder insultar a esta gente que me está insultando todo el día, y cuando, cuando se p-/ de repente un día estábamos en el supermercado y estábamos comprando algo y, y, viste esa conversación, esas preguntas de si tenés tarjeta o lo que fuera y la bolsa y no sé qué, y ella respondió todo como en-, entendió, el suizo-alemán a mí me cuesta mucho entenderlo sobre todo, el suizo alto alemán puedo entender pero el suizo-alemán me cuesta un montón y ella entendió todo y respondió y me llamó la atención, y, y de ahí vi un cambio enorme en e-, en ella en la, en cómo se sentía en la ciudad, después de poder como comunicarse con la gente, no es que hable alemán fluidamente ni nada… (Hombre uruguayo, en conversación con hombre argentino)

Acomodaciones reportadas y observadas

Volviendo a la idea de neutralidad, lo que nos permite vislumbrar este concepto es que parecería haber cierta relación entre lo que los hablantes perciben como su variedad y la neutra y la acomodación que efectivamente realizan. Dicho en otras palabras, prevalece la acomodación por parte de hablantes que perciben su variedad como distinta al español neutro, mientras que el hombre español es el que no se acomoda. Vemos el uso de coger en la conversación con el argentino: «me pusieron en contacto con él, vine aquí, hice la entrevista y… me cogieron, pero vamos»; «mucho, mucho más rápido que coger el coche, pues seguro y, eh…, también Zúrich es una ciudad aun/» (Hombre español, en conversación con hombre argentino), a pesar de que poco antes había admitido conocer la distinta acepción de este verbo en Argentina: «Eh… también la palabra coger creo que tiene otro significo en Latinoamérica pero no, no/ es que no recuerdo ninguna anécdota ni ningún…» (Hombre español entrevista). También la mujer española confirma el reconocimiento de los diferentes significados: «sí que sé que el verbo coger es un poco… distinto al español, ¿no? Pero bueno…» (Mujer española en entrevista).

Sin embargo, con respecto al léxico la mujer uruguaya afirma que «tenés que ir modificando un poco tu español según la persona con la que estás hablando porque no todos decimos las mismas cosas, eh…» (Mujer uruguaya en entrevista). Agrega que:

Creo, entre todos sí, yo cambio mi forma de hablar, o cambio palabras, o si recuerdo cómo le decían a, a algo que quería mencionar, por ejemplo esto de los championes ahora intento no decir championes, intento decir, eh, si estoy con una/ con la argentina digo zapatillas y si estoy con la colombiana eh zapatos o sneakers o lo que sea, sí (Mujer uruguaya en entrevista).

Asimismo, vemos en la conversación entre el entrevistado español y el uruguayo que este último se autocorrige, evitando decir cuadras: «20 cua-/20 calles, y no, no ver a nadie era como muy, eso era muy deprimente, en invierno y parte de otoño» (Hombre uruguayo, en conversación con hombre español). Del mismo modo, la mujer uruguaya reflexiona al dirigirse a la entrevistadora española:

Creo que… nunca lo he hecho en realidad, no tengo mucha idea cómo se hace, pero generalmente lo, lo pones si haces, hum, una, una tarta dulce, o una, hum, yo le digo torta a la tarta… a lo dulce, vamos, es un pastel, eh, y le/ se le podés poner como un relleno, así como en vez de poner chocolate o merengue que pongas en el medio podés el membrillo, y en Colombia lo hacían de la misma forma (Mujer uruguaya en entrevista).

Estos ejemplos son coherentes con las observaciones de que el léxico es lo primero que adaptan los hablantes en contacto con hablantes de otra variedad, por una cuestión de prominencia e inteligibilidad (Chambers 1992, Bonomi 2010, van Essen 2021, entre otros muchos). En nuestra muestra esta acomodación parecen realizarla principalmente los hispanohablantes que no definen a su variedad como neutra.

Por otro lado, el sistema de tratamiento rioplatense va más allá del plano lexical, en tanto se trata de un fenómeno morfológico, pero también porque puede volverse una expresión de la propia identidad. En el caso del hombre argentino, él reconoce que a través del lenguaje enraíza su identidad argentina y esto también se manifiesta en su habla: menciona explícitamente el voseo. Su sistema de tratamiento es constante, utiliza el voseo para referirse a la segunda persona singular y la forma ustedes cuando se trata del plural. «Eh… pero, bueno, yo t-/ por lo menos trato de mantener la raíz de, de lo que yo traigo de Argentina, y de lo que es el acento que yo adquirí durante toda mi vida, que el, el voseo, en vez de decir, bueno, eh, son pequeñas diferencias, esto que te decía del aquí y acá […]» (Hombre argentino en entrevista). La mujer uruguaya, a diferencia del hombre argentino, reconoce que suele acomodar más su manera de hablar al dirigirse a otro hispanohablante. Resulta interesante observar que el sistema de tratamiento se vuelve más ambiguo en la mujer uruguaya, pues en su habla encontramos 16 ocurrencias de voseo, mientras que en el hombre argentino, 30. Tal es la ambigüedad, que en la siguiente cita vemos que la mujer uruguaya utiliza el voseo para representar el diálogo con sus abuelos uruguayos, mientras que a la entrevistadora se dirige de :

Una vez también se perdieron, habían ido a visitarnos y se perdieron, eh, ellos, en ese momento habían alquilado un Airbnb cerca de nuestro piso, porque vivíamos en un estudio al principio, y dijeron: nosotros nos vamos caminando. Y yo: te vas a perder, o sea, no, no tenés internet, no, no conocés la ciudad, te vas a perder. No me voy a perder. Se perdieron. Y no sé cómo, terminaron llegando a casa con un, un delivery, que los levantó y los llevó, imagínate, ¿no? (Mujer uruguaya en entrevista).

Para el hombre argentino, los cambios lexicales son «pequeñas diferencias» que no requieren de un gran esfuerzo. Podríamos pensar que el voseo, en cambio, al estar inserto en un despliegue morfosintáctico más complejo, implicaría un mayor esfuerzo para ser reemplazado. Además, cabe preguntarse si hay ciertos elementos en la lengua que representan un mayor peso identitario que otros: el voseo frente a elementos lexicales.

Conclusiones

El presente trabajo ha tenido el objetivo de ofrecer observaciones acerca de las actitudes y percepciones lingüísticas y culturales de las personas que participaron en el estudio piloto llevado a cabo en la Universidad de Zúrich en 2019. Dicho estudio tenía como propósito comprender mejor las opiniones y comportamientos de los inmigrantes hispanohablantes en Suiza en relación con su situación sociolingüística. Por ello, merece la pena evaluar críticamente el método seguido.

Por un lado, la exportación del método controlado que frecuentemente se emplea para estudiar la acomodación fonética a corto plazo al estudio de la acomodación morfosintáctica no ha resultado exitosa, especialmente porque las entrevistas (¿y quizá el periodo de exposición?) son demasiado breves, por lo que los fenómenos escogidos (pronombres de 2.ª persona singular, sistema átono pronominal y uso del pretérito) no aparecen con la frecuencia suficiente como para hacer un estudio cuantitativo que permita demostrar la existencia o no de dicha acomodación.

Por otro lado, los temas escogidos para las entrevistas, centrados en las experiencias, actitudes y percepciones de los propios hablantes sobre su situación de migración y cómo esta ha afectado su comportamiento y su habla, han demostrado ser un acierto, pues nos han permitido ahondar en nuestra comprensión de las actitudes de los distintos hablantes respecto de las culturas, lenguas y variedades lingüísticas con las que entran en contacto. Así, hemos observado diferencias entre aquellos que no ven necesidad de alterar su forma de hablar, por considerar su variedad como altamente deseable, y aquellos que ven una necesidad de neutralizar regionalismos que pueden dificultar la comprensión. Los propios hablantes demuestran ser conscientes de que no todos los rasgos lingüísticos gozan del mismo estatus y pueden mostrar rechazo a modificar algunos, por considerar que forman parte de su identidad, a la vez que se muestran partidarios de alterar otros, para facilitar la comprensión. Además, las declaraciones de nuestros informantes muestran que la alteración o conservación de la propia variedad tiene un alto componente agentivo ¡y consciente! —es decir, no es un resultado inexorable de la exposición al habla de otros y, por tanto, tampoco la acomodación a largo plazo ha de deberse necesariamente a una repetida acomodación a corto plazo (contra Trudgill 1986, véase también Auer y Hiskens 2005)—. Cuando esta se produce, no se debe necesariamente a la voluntad de parecerse al interlocutor, sino que puede obedecer a la voluntad de limitar los particularismos y las formas que se detectan como más marcadas, neutralizando la diferencia sin necesidad de adoptar los particularismos del otro (compárese con los hallazgos de von Essen 2021, que demuestran que la erradicación de rasgos de la variedad propia se produce antes y más rápido que la adquisición de rasgos de la variedad ajena). Esto es muy relevante ante la pregunta, frecuentemente formulada, de si la acomodación responde a la exposición efectiva o al modelo que el hablante se forma del otro: las percepciones de nuestros informantes sugieren que puede también responder a un modelo de habla neutra o no marcada, no necesariamente representada por los hablantes con los que interactúan.

Por último, creemos relevante subrayar el interés de incluir preguntas sobre lo que podríamos llamar «acomodación cultural», es decir, la adopción de costumbres ajenas, propias de la cultura recipiente, ya sea por encontrarlas más deseables, ya sea por un deseo de mejor integración en la sociedad de acogida. Nuestros informantes demuestran ser conscientes de la existencia de dichas diferencias y explicitan su actitud ante ellas, además de percibir un cambio en su propio comportamiento. Estos cambios no van necesariamente unidos a un cambio lingüístico, sin embargo: la adopción de la lengua del país —especialmente en un contexto diglósico, como es el de la Suiza alemana— no solo es más lenta, sino que a veces no llega a iniciarse siquiera, al existir la posibilidad de comunicarse en otras lenguas, como el inglés o el propio español.

Referencias bibliográficas

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Von Essen, María Clara (2021): Identidad y contacto de variedades. La acomodación lingüística de los inmigrantes rioplatenses en Málaga. Berlín: Peter Lang.

Apéndice: Preguntas realizadas durante cada tarea

Entrevista 1 (previa al estímulo)

  1. Cuéntanos un poco de ti, ¿de dónde eres? ¿Qué y dónde estudiaste?

  2. ¿Cuánto tiempo llevas en Suiza? ¿Por qué viniste? ¿Cómo fue tu llegada?

  3. ¿Qué es lo que más te sorprende de Suiza? ¿Qué es lo que te resulta más difícil de vivir en Suiza? ¿Qué es lo que te gusta más de vivir en Suiza?

  4. ¿Qué aspectos de tu identidad te parece importante conservar? ¿Qué costumbres conservas de tu país o región de origen?

  5. ¿Recuerdas alguna historia de un choque cultural desde que vives en Suiza?

Entrevista 2 (tras la primera conversación)

  1. ¿Echas de menos tu país de origen? ¿En qué aspectos?

  2. ¿Qué planes tienes para el futuro? ¿Quieres quedarte en Suiza o prefieres volver a tu país en algún momento?

  3. ¿Te gusta viajar? ¿Qué tipo de viajes?

  4. ¿Recuerdas alguna anécdota divertida de un viaje?¿Recuerdas alguna anécdota divertida de un viaje?

Entrevista 3 (tras la segunda conversación)

  1. ¿Sientes que has cambiado algunos aspectos de tu identidad desde que estás en Suiza? ¿Cuáles? ¿Has adquirido costumbres nuevas? ¿Cuáles?

  2. ¿Crees que ha cambiado tu forma de hablar desde que estás en Suiza? ¿En qué sentido? ¿Te afectan los otros idiomas que necesitas aquí (alemán, inglés, italiano…)?

  3. ¿Socializas más ahora con hablantes de español de otros países? ¿En qué se diferencia tu manera de hablar de la de ellos? ¿Cambias tu forma de hablar para adaptarte?

  4. ¿Recuerdas algún caso de malentendido debido a la lengua?

Conversación (se repite dos veces, con estímulos distintos)

“A continuación presentamos una serie de temas para comparar entre Suiza y tu país de origen:”

  1. El mundo laboral: buscar y encontrar trabajo, las condiciones.

  2. La vida familiar

  3. Las amistades: hacer amigos, cómo y de dónde.

  4. El tiempo libre

  5. La gastronomía suiza

  6. La lengua

Notas

1Para un análisis de la variación en entornos de superdiversidad, véase Patzelt (2017). ↩︎
3En las citas se han utilizado las siguientes pautas de transcripción: -/ para las reformulaciones y -, para las interrupciones. ↩︎