Las universidades, cada vez más, centran sus discursos en la internacionalización, lo que provoca que un gran número de estudiantes con competencia lingüística limitada requiera apoyo para desarrollar su estilo académico. Alcanzar un cierto nivel del discurso académico es una ardua tarea tanto para nativos como no nativos de una lengua, pues es un registro que debe entrenarse. Adquirir tal competencia requiere muchas horas de preparación, entrenamiento y estudio. Esta afirmación, cierta para cualquier alumno que aborda esta tarea en su lengua materna, cobra aún más importancia cuando nos referimos a los alumnos que estudian en un idioma diferente de su lengua materna. Como profesora no nativa de español puedo dar fe de ello, ya que dominar el estilo académico forma parte de mi propia experiencia, primero como alumna y más tarde como docente e investigadora.
El discurso académico ha sido objeto de atención de los investigadores durante décadas y ha generado una extensa producción científica, hecho que no es de extrañar dada su relevancia en el mundo de la enseñanza superior. Desde los principios de este siglo, la publicación de trabajos enfocados al español académico no ha hecho más que aumentar. En la última década, ha aparecido una cantidad importante de publicaciones dedicadas tanto a la producción escrita de textos académicos como al estudio de los géneros orales en la L1. Destacan, entre muchos otros, los trabajos editados por Montolío (2014), Ballano y Muñoz (2015), Castelló (2015), Núñez Cortés (2015), Prat y Peña (2015), Salazar y García (2021). De manera similar, los trabajos publicados en los países de Hispanoamérica por Neira y Ferreira (2011), Natale y Stagnaro (2017), Navarro y Aparicio (2018) ofrecen una gran aportación al campo del español académico. Finalmente, contamos con una serie de manuales cuyo objetivo es facilitar el aprendizaje del discurso académico en español como L2/LE (Vázquez 2007, Goethals 2011, Larrañaga 2015).
La publicación del libro Español académico como L2/LE: destrezas, competencias y movilidad universitaria de Susana Pastor Cesteros supone una gran ayuda tanto para los alumnos que aspiran a producir textos académicos de calidad como para los profesores cuyo objetivo sea proporcionar a sus estudiantes unas herramientas eficaces para la elaboración de dichos textos. El libro consta de diez capítulos, en los que se aborda el concepto de lenguaje académico desde una multitud de perspectivas, entre ellas la sociolingüística, la pragmático-lingüística y la intercultural. La autora se propone encontrar el equilibrio entre la teoría y la práctica, objetivo que logra con éxito. En cada uno de los diez capítulos mencionados, se invita al lector a la reflexión previa con una serie de preguntas de contextualización sobre el tema en cuestión. Asimismo, se ofrece una ampliación posterior a través de fuentes bibliográficas y enlaces de interés para profundizar en la materia al final de cada capítulo. De la misma manera, se proponen ejemplos y modelos de actividades prácticas para modificarlas según el perfil del alumnado y llevarlas al aula, a la vez que se exponen estrategias y pautas a la hora de realizar dichas actividades en clase. Cabe mencionar que uno de los aciertos del libro, lo constituyen los apartados dirigidos explícitamente a los profesores, invitándolos a la reflexión sobre su propia docencia con una serie de preguntas y tareas tanto prácticas como teóricas.
El primer capítulo se centra en acotar qué significa el concepto de español académico (EA) como segunda lengua (L2), con ayuda de una extensa revisión de fuentes bibliográficas dedicadas al tema en cuestión. Además, la autora ofrece una visión panorámica del fenómeno de la movilidad internacional, poniendo un foco especial en las tendencias actuales del crecimiento del mismo. Como consecuencia, el español académico se presenta como un fenómeno universal. Se busca un denominador común, o sea, una serie de características del discurso académico y estrategias de su uso que sean universales e inmutables, independientemente de la disciplina o campo de investigación en los que se aplican. Para la investigadora, el EA es un fenómeno global con reglas propias, recursos y características totalmente aptos para ser clasificados y enseñados a los estudiantes con tales necesidades específicas. Para ello, se resalta la importancia de formar la competencia académica en ELE, enfocando la tarea desde la perspectiva de las destrezas lingüísticas, es decir, desde la comprensión y la producción en sus dimensiones oral y escrita.
El segundo capítulo, titulado “La gramática y léxico de especialidad en el discurso académico”, nos ofrece todo tipo de materiales y estrategias necesarias para una exitosa producción de textos académicos orales o escritos. Basándose en el Marco Común Europeo de Referencia (MCER 2001) y el Plan Curricular del Instituto Cervantes (PCIC 2006), la autora determina el B2 como el nivel mínimo de competencia lingüística necesario para un buen aprovechamiento de una estancia de estudios en una universidad de un país hispanohablante. A continuación, analiza los aspectos gramaticales que pueden resultar complicados a la hora de interpretar y producir textos académicos, entre los cuales cabe mencionar la visibilidad del autor, el uso de los tiempos verbales, la coherencia y la cohesión del texto. Asimismo, se ofrece una revisión de mecanismos lingüísticos que conforman los textos académicos.
En el siguiente capítulo, la atención de la investigadora se centra en los géneros académicos orales, tradicionalmente menos estudiados, pero no por ello menos importantes. La autora adopta la perspectiva del estudiante no nativo en su clasificación de los géneros con el propósito de ofrecerle una serie de propuestas para mejorar el aprendizaje, fomentar la participación en la vida universitaria y realizar con éxito sus estudios en L2/LE. Con esta finalidad se analizan las destrezas orales desde la perspectiva del discurso académico: la comprensión oral como la menos estudiada, a pesar de su papel esencial en el aprendizaje; la interacción oral como la destreza más desarrollada lógicamente entre el alumnado y, por último, la expresión oral como objeto de la evaluación final. Del mismo modo, se destaca la importancia del desarrollo de la competencia multimodal en los estudiantes internacionales, ya que en gran medida ayuda a compensar sus posibles dificultades lingüísticas.
El cuarto capítulo, cuyo título es “Géneros académicos escritos”, está dedicado al análisis de la comprensión lectora y la producción escrita dentro del discurso académico. La autora sostiene muy acertadamente que no existe escritura sin una lectura previa y por esa razón dedica la primera parte del capítulo a la comprensión lectora. Allí se presentan múltiples iniciativas sobre la enseñanza de la lectura al igual que orientaciones didácticas, listas de bibliografía, pautas y estrategias.
En lo que se refiere a la escritura académica, Pastor Cesteros ofrece una visión cognitiva de la misma, es decir, no como un mero instrumento de redacción, sino como una manera de incorporarse como autor al campo discursivo de la materia. La investigadora trata el aspecto socio-pragmático de la escritura académica resaltando la importancia para el estudiante de intercambio de interiorizar las convenciones socio-pragmáticas de la tradición académica de la lengua en general y de la especialidad en particular. Según la autora, es importante tener en cuenta que un estudiante internacional no dispone de la misma visión pragmalingüística que uno nativo. Por otro lado, la dimensión multimodal en el discurso académico cobra una gran relevancia en la monografía, ya que, como sostiene la autora, el texto académico ya es multimodal por naturaleza.
El capítulo cinco, que tiene por título “La competencia intercultural académica”, cierra la primera parte del libro, centrada en las destrezas y competencias en el español académico como L2/LE. En este último apartado se pone de relieve la variabilidad de las tradiciones académicas y se aborda el tema del discurso académico desde la perspectiva de la interculturalidad, un enfoque totalmente necesario en los tiempos que corren y que ha cobrado una gran importancia en las últimas décadas, dado el crecimiento que presenta el fenómeno de la movilidad universitaria internacional. La autora aborda, entre otros aspectos, el problema del choque intercultural académico, a la vez que ofrece una serie de soluciones e iniciativas para hacer frente a las posibles dificultades de integración de los estudiantes internacionales.
La segunda parte del libro está dedicada al diseño curricular y planificación de cursos de español académico. La abre el capítulo seis, titulado “Análisis de necesidades y pautas para la planificación”. El objetivo de la autora en esta sección es aplicar todos los aspectos expuestos hasta este momento a la didáctica y la metodología de la enseñanza de la lengua, partiendo de un concepto esencial para la planificación curricular: el análisis de las necesidades del alumnado. En el capítulo se ofrece una reflexión sobre qué es un análisis de necesidades de calidad y de qué manera puede contribuir a establecer los objetivos para la futura formación del alumnado extranjero y ayudarle a adaptarse al nuevo contexto académico. Finalmente, la mayor aportación de este apartado la constituyen siete propuestas de formularios de análisis de necesidades, flexibles en su estructura y adaptables a todo tipo de alumnado, sea cual sea su contexto educativo o especialización. De esta manera se le ofrece al docente de ELE un material valioso e imprescindible para la creación de un curso de español académico como L2/LE.
En el capítulo siete, que tiene por título “El enfoque basado en géneros académicos”, vemos que la investigadora vuelve a centrar su atención en el concepto de géneros académicos, abordado con anterioridad en los capítulos tres y cuatro de la presente monografía. Sin embargo, ahora lo hace con más detalle y desde una perspectiva diferente. La autora parte del concepto de la pedagogía de género en el estudio del español con fines específicos, proponiéndolo como base metodológica para el aprendizaje del discurso académico en español. Más adelante, se ofrecen unos esquemas a seguir para desarrollar dicho enfoque, se valoran varias opciones formativas en ese ámbito y se exponen las pautas para la programación de cursos y talleres de español académico como L2/LE. Para recapitular el tema, Pastor Cesteros nos proporciona todo tipo de información acerca de los centros de escritura, cursos y recursos de formación existentes, además de una relación de los diversos sitios web dedicados a la escritura académica en ELE.
Todo profesor sabe que el éxito de una clase e incluso del curso entero depende en gran medida de la selección correcta de los materiales. De ahí la importancia del siguiente capítulo, en el que la autora pone al alcance del lector una selección de recursos para el aprendizaje del español académico. Tras una reflexión sobre los requisitos que deben cumplir los materiales didácticos en cuestión, la autora destaca varios factores determinantes a la hora de elegirlos, a saber, la competencia comunicativa en L2, la competencia académica (sea en L1 o L2), el estilo de aprendizaje y la capacidad de autonomía del alumno. Otra aportación sumamente útil que ofrece este capítulo es la tipología de actividades recomendadas para la enseñanza de español académico, clasificadas en función de las destrezas y competencias a desarrollar: la comprensión auditiva y lectora, la expresión escrita y oral. Finalmente, podemos encontrar una descripción detallada de recursos en línea, tales como los MOOC, las actividades interactivas, los recursos digitales que ofrecen los Centros de Escritura y un largo etcétera. Sin duda, la recopilación de materiales expuesta en este apartado es de gran utilidad y ayuda tanto para docentes como para el alumnado.
En el noveno capítulo, sobre “El uso de corpus como herramienta en el ámbito académico”, Pastor Cesteros demuestra con ejemplos sólidos y concluyentes las ventajas del uso de los corpus lingüísticos en la enseñanza de español académico como L2/LE. La autora aboga por la extensión del uso del corpus, restringido tradicionalmente al campo de la investigación, a la enseñanza de ELE en general y a la del español académico en particular. Por esa razón, propone una serie de pautas para la utilización correcta y efectiva del enorme volumen de material que nos ofrecen los corpus y explica en detalle las estrategias para sacarle el máximo partido en nuestras clases de español académico. Al final, se nos ofrece una selección de corpus tanto generales como académicos, especificando los pormenores de su utilización y aplicación didáctica.
La evaluación del alumnado internacional es, probablemente, el tema más acuciante de la práctica docente universitaria. Realizar una evaluación correcta supone seguir una serie de criterios no siempre aplicables a los estudiantes de intercambio. Por este motivo, en el último capítulo, titulado “Feedback y evaluación del alumnado no nativo”, la autora plantea una serie de dudas relacionadas con este aspecto de la docencia. Lo que se propone más adelante son unas soluciones rentables y eficaces: un esquema de evaluación flexible y dividido en varias fases con criterios propios para cada una de ellas.
Por otro lado, en este capítulo se vuelve a resaltar la necesidad de implementar un requisito lingüístico obligatorio para todo estudiante extranjero que vaya a cursar sus estudios en español. Es preciso subrayar que no se trata solamente de una certificación general del dominio de la lengua, sino también de su vertiente académica. La implementación de la certificación académica es una iniciativa que, una vez cumplida, puede garantizar al alumno internacional una estancia de estudios exitosa y satisfactoria.
En suma, Español académico como L2/LE: destrezas, competencias y movilidad universitaria, de Susana Pastor Cesteros, constituye una aportación valiosa al campo de la enseñanza del discurso académico en ELE. Como ya se ha dicho, dominar el discurso académico es una ardua tarea que cada estudiante universitario tiene que realizar para un buen aprovechamiento de su estancia en una universidad extranjera. Es obvio que la navegación en los tormentosos mares del español académico requiere una especie de guía que oriente tanto al estudiante como al docente y les ofrezca todas las estrategias necesarias para llegar a buen puerto. El libro de Susana Pastor Cesteros cumple exitosamente dicha función, ofreciendo sin duda una herramienta esencial para la enseñanza y aprendizaje de español académico como L2/LE. Su valor reside en ofrecerle al lector de una manera concisa y accesible todo tipo de materiales, estrategias, ejemplos y soluciones prácticas imprescindibles para la producción de los textos académicos de calidad.
Ballano, Inmaculada; Muñoz, Itziar, eds. 2015. La escritura académica en las universidades españolas. Deusto: Universidad de Deusto.
Consejo de Europa. 2001. Marco común europeo de referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación. Madrid: Secretaría General Técnica del MEC, Anaya e Instituto Cervantes.
Consejo de Europa. 2020. Marco común europeo de referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación. Volumen complementario. Estrasburgo: Servicio de publicaciones del Consejo de Europa.
Instituto Cervantes. 2006. Plan curricular del Instituto Cervantes: Niveles de referencia para el español. Madrid: Instituto Cervantes, Biblioteca Nueva.
Montolío, Estrella. 2014. Manual de escritura académica y profesional. Barcelona: Ariel.
Navarro, Federico; Aparicio, Graciela. 2018. Manual de lectura, escritura y oralidad académicas para ingresantes en la universidad. Quilmes: Universidad Nacional de Quilmes.
Núñez Cortés, Juan Antonio, ed. 2015. Escritura académica: de la teoría a la práctica. Madrid: Ediciones Pirámide.
Prat, Juan José; Peña, Ángel. 2015. Manual de escritura académica. Madrid: Ediciones Paraninfo.