Estudios de Lingüística del Español | Vol. 47 (2024)
DOI: 10.36950/elies.2023.17

Reseña de Cestero, Ana María; Forment, Mar; Gelabert, María José; Martinell, Emma. 2020. Diccionario audiovisual de gestos españoles. Hablar en español sin palabras. Alcalá de Henares (España): Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá.

Miroslava Cruz Aldrete

Universidad Autónoma del Estado de Morelos (México)

En 2020, se publicó el Diccionario audiovisual de gestos españoles. Hablar español sin palabras. Es una obra que podríamos considerar única en su tipo, por varias razones; en principio, porque responde a un tema de gran interés en el ámbito del ELE, que es el papel de los gestos como un elemento que forma parte de la competencia lingüística intercultural y, por ende, se convierte en una clave para el aprendizaje y uso de una segunda lengua (Cestero, 1999).

Cabe mencionar que, si bien el estudio de la comunicación no verbal (CNV) no sea un tema reciente, sí lo es el análisis del código gestual que emplean los hablantes nativos de una lengua para incluirlo en la enseñanza de los hablantes de L2/LE (Cestero, 2017a). De ahí que sea notoria la falta de planes de estudio que incorporen en sus programas el abordaje de este aspecto. En este sentido, resaltamos la trayectoria de las autoras del Diccionario, Ana María Cestero (Cestero, 2017b), Mar Forment Fernández (Del Mar Forment, 1997), María José Gelabert Navarro, y Emma Martinell Grife (Gelabert y Matinell, 1998), como docentes e investigadoras en el estudio de la CNV en la enseñanza de una segunda lengua. Basta con ver algunos de sus trabajos para entender que, de tiempo atrás, estas investigadoras han discutido sobre “los gestos” como un elemento que requiere ser incluido en los programas de L2/LE. Por tanto, es de celebrar que como resultado de su interés disciplinar surja casi de manera natural este diccionario. Y, además que sea un material de acceso abierto a la comunidad (https://mele.web.uah.es/diccionario_gestos/).

En este sentido, la obra que aquí se reseña es una respuesta a la falta de material didáctico que reconoce que, en el acto comunicativo, los hablantes no solo emplean palabras, sino que sus expresiones pueden ir acompañadas de otros recursos propios de una gestualidad. Así, las autoras nos comparten la idea de que ser competentes en una lengua extranjera implica conocer, entender y usar este tipo de ademanes, que cumplen distintas funciones y aportan un significado específico al momento de su realización. Por ende, es necesario la enseñanza de los ‘signos kinésicos’ para que los estudiantes comprendan la relación léxica directa entre la expresión oral emitida y el significado que se le atribuye al gesto que se produce de manera simultánea. La interpretación de estos signos no admite duda o ambigüedad entre los usuarios de la comunidad que los emplea y, en consecuencia, es importante identificar su variabilidad cultural.

Las autoras del Diccionario no eluden esta situación, pues, a pesar de que podemos identificar una comunidad panhispánica, se reconoce que los gestos que acompañan ciertas locuciones no siempre son los mismos en los usuarios del español de América o de España, como podemos apreciar en la bibliografía que se consigna como parte de su marco de referencia (Meo-Zilio y Mejía, 1980, 1983). La gestualidad responde a diversos componentes cognitivos y culturales, como se puede observar en el uso que los hablantes tienen de estos signos manuales, gestuales, o corporales, de países de lengua española, (Bruce-Gaarder, 1954) que a su vez puede diferenciarse de los gestos empleados, por ejemplo, por determinados grupos sociales.

Aun cuando esta discusión ha sido atendida tempranamente en algunas obras, como señala Smith-Stark (1990) en la reseña que realiza sobre el Diccionario de gestos: España e Hispanoamérica, T1. A-H T.2 I-Z, quien comenta de manera puntual los aportes de varios investigadores que ya en la tercera década del siglo pasado documentan gestos empleados por diversos países de habla española, estos hallazgos no repercutieron en la enseñanza del español como L2/LE. Y es en los albores del siglo XXI cuando su importancia en este ámbito se reconoce. Considero que reconocer la variabilidad en el uso de los gestos como hablantes del español pondera el hecho que las diferencias lejos de distanciarnos como usuarios de “una misma lengua”, nos conduce a apreciar la riqueza lingüística de cada comunidad hispanohablante.

Interactuar con el Diccionario audiovisual de gestos españoles. Hablar español sin palabras, nos conduce a una serie de reflexiones, entre ellas destaco la incorporación del código gestual en la clase de ELE. El docente puede partir desde la identificación del repertorio que los estudiantes del español como L2 tienen sobre los gestos empleados en su lengua materna, así como de las diferencias que existen entre los elementos que integran el repertorio gestual utilizado por los hablantes del español de los varios países en donde es la lengua dominante.

Sin duda, esta obra cumple con el objetivo de ser un recurso didáctico para el docente en el aula de ELE, interesado en la enseñanza de los gestos que favorecen, e incluso, garantizan el éxito en la comunicación y, asimismo, constituye un material complementario para el alumno que aprende el español como L2/LE. Su formato interactivo digital además de ser atractivo por los recursos que despliega, promueve que el usuario se relacione con las diversas secciones que la componen, y atienda a distintos aspectos relacionados con el código gestual empleados por los hablantes de una o más variantes del español.

De acuerdo con las autoras, el Diccionario es un inventario compuesto de gestos básicos, utilizados de manera habitual en España; contiene 156 entradas en las cuales se ofrece datos relevantes sobre su producción, significado o función, y se acompañan de 278 diálogos representados. Al respecto, el formato multimedia de este diccionario permite conocer a partir de las representaciones que aparecen en los videos “el gesto en uso”, a la vez que escucha el diálogo correspondiente a una situación prototípica, en el cual se emplearía dicho gesto. Cabe destacar que el contexto comunicativo permite que el observador/aprendiz interprete el significado y la función de dicho gesto.

La selección de los gestos de este inventario, refieren las autoras, se basó en un repertorio de funciones, elaborado a partir de los contenidos funcionales del Plan Curricular 2006 del Instituto Cervantes (Cestero, 2007). De manera general, podemos decir que los gestos consignados se vinculan, por un lado, con la interacción social (fórmulas sociales, peticiones, etc.); con la función fática, p. ej., iniciar o terminar una conversación, pedir que se repita una información o esclarecer alguna duda sobre los mensajes. Por el otro, con las prácticas habituales en la comunicación interactiva que hacen referencia a la descripción o identificación de personas, objetos o lugares; o bien a la acción de sugerir o aconsejar, dar instrucciones, o las formas de expresar sensaciones, sentimientos, vivencias.

El formato del Diccionario es amigable; se indica de manera puntual cómo podemos acceder a cada una de las secciones que lo componen. Estos grandes apartados se organizan de la siguiente manera: 1 Portada, 2 Presentación, 3 Índice (de macrofunciones); 4. Dar y pedir información; 5. Describir; 6. Referirse a acciones y actividades cotidianas; 7. Expresar opiniones, actitudes y conocimientos; 8 Expresar gustos, deseos y sentimientos; 9. Intentar influir en el interlocutor; 10. Relacionarse socialmente; 11. Estructurar el discurso; 12. Contraportada.

El Índice marcado con el número 3, hace referencia a las “macrofunciones” que responden, como indican las autoras en el espacio destinado para introducir al usuario de este Diccionario, al contenido del Plan Curricular del Instituto Cervantes. De este, se desprende la organización de las siguientes secciones (números del 4 al 11), cuyo contenido responde las funciones concretas de los gestos que cumplen las interacciones sociales enlistadas.

Cabe mencionar que algunas de estas secciones se componen de uno o varios subapartados, que especifican distintas interacciones comunicativas, por ejemplo, en el caso del apartado 10, Relacionarse socialmente, se encuentra integrado por cuatro componentes etiquetados de la siguiente manera: el uso de fórmulas sociales (saludar y despedirse); recibir (invitar a sentarse, llegar tarde); disculparse; y proponer un brindis. Esta sección, resulta por demás interesante, pues como señalan las autoras es “uno de los apartados más ritualizados”, debido a que las costumbres se engranan en normas de comportamiento, que involucran además de la intervención verbal el componente gestual. Esta sección ilustra sobremanera la forma en que las palabras, el código gestual, y la cultura, se encuentran íntimamente relacionados.

Ahora bien, como parte de este diccionario, se ofrece la Descripción de la realización del gesto. Las autoras comentan que se trata de un intento de ofrecer, además de la producción del gesto a través del video, una explicación de este a través de palabras. Coincido con ellas en que la descripción verbalizada a veces se enriquece con alguna observación, sin embargo, en ocasiones esta tarea no siempre es la más afortunada. Es ineludible desvincular la práctica de enumerar las características del gesto con la tradición que existe dentro del estudio de las lenguas visogestuales, es decir, de describir la realización de las señas. Esta tarea entraña problemas teóricos y metodológicos que colocan en el centro de la discusión la importancia de contar con una herramienta para la transcripción de los datos desde una perspectiva ética y émica, similar a lo que ocurre con respecto a las lenguas orales. Me parece importante hacer mención en este aspecto, dado que las autoras del Diccionario consideran que esta obra puede constituir “un material de consulta para antropólogos, lingüistas, psicólogos y especialistas en lenguas de signos”, y por eso, requiere de un trabajo cuidadoso y sistemático para describir la forma en que se producen los gestos que conforman este diccionario.

Coincido con Cestero y colaboradoras, que el corpus que nos ofrecen puede aportar información sobre el uso de los signos kinésicos que comparten los usuarios tanto de las lenguas de señas como de las lenguas orales. Sin duda, abonaría a las investigaciones sobre el contacto de lenguas de distinta modalidad, así como a la comprensión de la naturaleza del lenguaje, y por supuesto, a la enseñanza de los gestos identificados como emblemas, en el desarrollo de la competencia léxico-semántica en la clase de ELE (Belio-Apaolaza, 2019). Al respecto, sería pertinente que en un futuro se pudiera contar con videos de la lengua en uso, que provinieran de contextos naturales y sin actores. Se entiende la dificultad que emana este tipo de estudios, pero, esperemos que, dada la envergadura de este trabajo, pronto pueda ser una realidad.

Dentro de la estructura del diccionario hay un apartado titulado Significado y uso, en el cual se ofrece información relevante sobre el gesto, considerando, p. ej., las variantes correspondientes al nivel sociocultural, o grupo etario de quienes suelen realizarlo. Es una información relevante, si pensamos en el llamado acento kinésico extranjero y acento visual extranjero, al que hacía referencia Poyatos (2017) en su texto “La comunicación no verbal en la enseñanza integral del español como Lengua extranjera”

Por último, es de celebrar que se ofrezcan uno o más Diálogos, para ejemplificar a partir de distintos contextos, los gestos del Diccionario. Es decir, se presenta más de un diálogo para cada gesto, a fin de que el usuario disponga de un ejemplo del gesto en relación con más de una forma de expresión lingüística equivalente. Este aspecto se vincula con el reconocimiento de la diversidad del uso específico de los gestos, y su papel comunicativo en una cultura particular (Canfield 1946, Green 1968, Poyatos 1975).

De acuerdo con Antes (1996), los gestos son en sí un sistema semiótico, porque tienen significado sin el apoyo de las palabras. El hecho de que los gestos representan una forma de comunicación intencional, culturalmente específica, debiera, por tanto, ser empleado por los profesores de lengua extranjera para enseñar la lengua y cultura. Para este investigador, la fluidez cultural, que incluye el conocimiento de los gestos, es tan importante como la fluidez lingüística a la hora de aprender una segunda lengua.

Ya para finalizar es conveniente recordar que los gestos se han estudiado en el proceso de adquisición de una primera lengua, en su relevancia en el desarrollo cognitivo y social de la comunicación. Sin embargo, poco se ha discutido como un elemento relevante en el aprendizaje de una L2. Este diccionario nos demuestra que una clave para el aprendizaje y uso del español como una segunda lengua se tiene en nuestras manos, en nuestros gestos.

El uso de los gestos no es cosa menor. Hay detrás de este componente que se observa en las lenguas, orales o de señas, un soporte cultural y neurolingüístico que, si bien Cestero y colaboradoras en esta oportunidad no lo expresan, constituye una línea de investigación que debiera cultivarse, y que desde hace por lo menos dos décadas, la lingüística cognitiva ha aportado datos interesantes que abonan a la comprensión del lenguaje a partir de nuevas discusiones sobre la organización y jerarquía de los gestos y las palabras en el sistema lingüístico empleado por sus usuarios (Gómez Molina, 2004).

El trabajo de Cestero y colaboradoras es valioso porque nos conduce a ponderar el interés por la gestualidad, no solo como un elemento en el proceso de adquisición de la lengua materna, o en las alteraciones de lenguaje, sino en el uso de los gestos en la comunicación, y en la construcción del significado. Y con ello, entender su papel y relevancia en el aprendizaje de un segundo idioma. He aquí que el Diccionario audiovisual de gestos españoles Hablar en español sin palabras, es una obra que nos invita a reflexionar en el hecho que ser usuario de una L2 o de una L1 implica conocer la gestualidad que conlleva cada lengua. Y, por tanto, debiéramos asumir que aprender hablar cualquier idioma va más allá de las palabras.

Referencias bibliográficas

Antes, Theresa. 1996. Kinesics: The Value of Gesture in Language in the Classroom. Foreign Language Annals 29 (3): 439-448.

Belío-Apaolaza, Helena Sofía. 2019. La enseñanza de los gestos emblemáticos en la competencia léxico-semántica: una propuesta para el aula de ELE. Revista Internacional de Lenguas Extranjeras / International Journal of Foreign Languages 12: 1-25.

Bruce Gaarder, Alfred. 1954. El habla popular y la conciencia colectiva. Tesis de doctorado, UNAM, México, Cap. 10. “Los ademanes, señales y gestos”, pp. 198-210.

Cestero, Ana María. 1999. Comunicación no verbal y enseñanza de lenguas extranjeras. Madrid: Arco Libros.

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Del Mar Forment, María. 1997. Verbalización de la gestualidad de la gestualidad en el aprendizaje de E/LE. Frecuencia-L, Revista de Didáctica de Español Lengua Extranjera 4: 27-31.

Gelabert, María José; Martinell, Emma. 1998. Aprender una lengua es también aprender sus gestos (Proyecto de un diccionario de gestos). Actas Primeras Jornadas Pedagógicas y del Primer Congreso Nacional ASELE, pp. 297-305.

Gómez Molina, José Ramón. 2004. La subcompetencia léxico-semántica. En J. Sánchez Lobato e I. Santos Gargallo, dirs. Vademecum para la formación de profesores; enseñar español como segunda lengua (L2) / lengua extranjera (LE). Alcobendas: SGEL, pp. 491-510.

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