Procesos lingüísticos inferenciales del fenómeno humorístico en la población infantil
Resumen
Es bien sabido que el humor presenta una triple naturaleza, psicológica, neurológica y lingüística. Ello exige un acercamiento globalizador que, desde la transversalidad, lo conceptualice como como una emoción (psicológica), que produce una reacción (neurofisiológica) de regocijo similar a la alegría y a la felicidad, que aumenta con la incongruencia que nos produce lo inusual; que, normalmente, desarrollamos en un entorno (social); y que producimos gracias a recursos lingüísticos en su mayoría. Por tanto, son estos mecanismos psicológicos, neurológicos y lingüísticos los que nos permiten, onomasiológicamente, la producción lingüística realizada con la finalidad de conseguir humor en el receptor; y, semasiológicamente, la activación de unos mecanismos fisiológicos que posibilitan la interpretación humorística del estímulo y, consecuentemente, la comprensión cognitiva de la secuencia humorística. En ambos planteamientos, el carácter emocional y social del humor posibilita el establecimiento de una serie de expectativas que se asocian al procesamiento del humor tanto en el aspecto productivo como comprensivo.
En este artículo pretendemos abordar desde este acercamiento transversal los procesos inferenciales que siguen a la compresión del humor a partir de los resultados obtenidos en el Proyecto “Metapragmática del humor infantil: adquisición, perspectiva de género y aplicaciones”, con objeto de conocer si el humor infantil es diferente entre niños y niñas, el grado de comprensión de la incongruencia como elemento indicador de la percepción del humor, y si el proceso de figuratividad (ironía, metáfora, hipérbole) es un elemento indicador de la evolución del humor en los niños y niñas de edad comprendida entre los 8 y los 12 años.
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