Los llamados negros curros, afrodescendientes cubanos libres a los que tradicionalmente se ha considerado de origen andaluz, vivían en barrios suburbiales de La Habana a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Conformaban un grupo marginal conocido por sus actividades delictivas, su vestimenta, sus actitudes y su habla; peculiaridades que los hicieron atractivos para algunos creadores cubanos que los incluyeron como personajes en sus obras. El presente artículo trata de describir su lenguaje característico: una germanía como la que, en siglos anteriores, utilizaron los miembros del hampa peninsular, a la que se sumaban los rasgos propios del español cubano y vulgarismos debidos a su nula formación académica.